Esta semana el mundo celebró el Día Internacional del Implante Coclear, que busca aumentar la difusión de la tecnología a la que la humanidad puede acceder como tratamiento de los distintos tipos de pérdida de audición. En Colombia este es un mercado de US$16 millones, con cerca de 500 colombianos que anualmente empiezan a usar este tipo de dispositivos. El 40% de participación de ese mercado lo tiene la compañía Me-del, una firma austriaca que fabrica estos dispositivos médicos para recuperar la audición, a través de implantes con cirugía o a través de adhesivos. Jaime Cortés, gerente de norte y Centroamérica en Me-del, dijo a Dinero que en esa empresa han venido creciendo a buen ritmo en el mercado local desde hace un poco más de dos años. Le puede interesar: Microsoft recargado: entrevista exclusiva con Satya Nadella, su CEO Para 2019, esperan tener un crecimiento entre 15% y 20% en sus operaciones en Colombia, donde trabajan con un distribuidor exclusivo. Para Cortés uno de los retos que tienen estas compañías es entender la Ley de Salud, el relacionamiento interno con las Entidades Prestadoras de Salud, los códigos arancelarios y el régimen tributario, que califica como “fuerte” para las empresas. Paola Delgado, gerente en Colombia de Cochlear otra de las compañías que ofrecen este tipo de dispositivos, le contó a Dinero que el mercado colombiano es atractivo y maduro para este tipo de productos, debido a que el sistema de salud garantiza los implantes auditivos a recién nacidos. Entre tanto, Natalia Martínez Pardo, directora general del Instituto Nacional para Sordos (Insor), considera que en la difusión de esta tecnología se deben evitar aseveraciones “que pueden confundir a las familias de niños sordos y crear expectativas altas e irreales, persiguiendo la venta de ayudas auditivas, que no son adecuadas para todos los casos”. Para el Insor se debe reglamentar la norma tendiente a garantizar la detección temprana de deficiencias auditivas en los recién nacidos y antes de los 6 meses, con el fin de orientar a las familias para que cada bebé sordo opte por un modelo bilingüe (lengua oral y lengua de señas). Le sugerimos: “Una catástrofe digital podría parar a todo un país”: vicepresidente de Vertiv De acuerdo con la institución, esa “es la única vía a través de la cual, el niño sordo podrá satisfacer sus necesidades y comunicarse desde una edad temprana con sus padres, desarrollar sus capacidades cognitivas, adquirir conocimientos sobre la realidad externa y convertirse en un miembro del mundo sordo y del mundo oyente, para participar activamente en los diferentes escenarios de su vida”. La función del implante coclear es recoger, procesar y transmitir el sonido, reproduciendo la función de la cóclea mediante unos electrodos implantados y unos componentes externos (micrófono, procesador y transmisor). Para ser candidatos aptos para un implante coclear los niños sordos deben contar con una serie de condiciones, que de acuerdo con el Insor, deberá acompañarse de procesos terapéuticos permanentes durante un tiempo mínimo de 2 años. “El implante coclear por sí solo, no ofrece beneficios a sus usuarios y para obtener buenos resultados se requiere de una programación óptima y de un proceso de rehabilitación adecuado. Si por algún motivo no se garantizan esas dos condiciones, debe replantearse la implantación. Ese trabajo debe ser coordinado entre los profesionales encargados de los dos procesos y el acompañamiento permanente a nivel familiar”, señaló Martínez. Lea también: Los tres proyectos colombianos que deslumbran a Microsoft