Como una maniobra para distraer al público de los escándalos recientes de Facebook está siendo calificada la apuesta del multimillonario Mark Zuckerberg de cambiar el nombre de la plataforma y el lanzamiento del metaverso, que es una versión en realidad virtual de internet que busca que las interacciones en línea, como chatear con amigos, se perciban como un cara a cara.

Y es que los escándalos que le han dado duro al bolsillo del multimillonario dueño de Facebook no son pocos. Desde la demanda de los gemelos Winklevoss, en 2009, quienes pedían 100 millones de dólares como compensación alegando que habían sido los verdaderos dueños de la idea de la red social, hasta la multa por 5.000 millones de dólares que le impusieron a Zuckerberg por la venta de 50 millones de datos que sirvieron para perfilar las elecciones en las que ganó Donald Trump, han rodeado al magnate.

Ahora, al cambiar el nombre a Meta, el jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, estaría generando una distracción de los escándalos. No obstante, se trata de una apuesta gigantesca, pues el metaverso demandará decenas de miles de millones de dólares. Como todo en los negocios, es un riesgo, pues no hay seguridad en la rentabilidad.

Es así como, mientras críticos y bromistas estiman que se trata de una maniobra para distraer al público de los escándalos recientes de Facebook, para Zuckerberg el nuevo nombre está ligado a la construcción del metaverso.

“Eso significa que el metaverso no es un proyecto accesorio”, estimó Colin Sebastian, analista de Baird, para quien “la empresa está totalmente comprometida con el desarrollo de la próxima plataforma digital, sucesora del internet móvil”.

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Zuckerberg “está haciendo una jugada para controlar el futuro de internet”, añadió Evan Greer, de la oenegé Fight for the Future.

Facebook anunció a mediados de mes que prevé contratar a 10.000 personas en los próximos cinco años en Europa para su proyecto del metaverso.

El lunes, durante la presentación de los resultados del grupo, Zuckerberg estimó que los recursos destinados a Facebook Reality Labs, la punta de lanza del metaverso, amputarían la ganancia del grupo en aproximadamente 10.000 millones de dólares este año.

“Y planeo que esta inversión crezca cada año en el futuro”, reveló el cofundador de la red social.

Es una cantidad de dinero que echará de menos la compañía, ya que antes de transformar el metaverso en una realidad palpable deberá seguir haciendo rentable su modelo vigente, basado en la publicidad, que vive bajo presión.

Los documentos internos filtrados por la exempleada Frances Haugen mostraron que el grupo de Menlo Park (California) está preocupado por no atraer el interés de usuarios jóvenes, no solo en Facebook, tendencia que se da hace tiempo, sino en Instagram.

Además de que la reciente actualización del sistema operativo del iPhone –que les permite a los usuarios bloquear el rastreo de datos– perturbó su relación con los anunciantes, que ahora carecen de suficiente visibilidad sobre la eficacia de sus campañas publicitarias.

Pero dejar de lado a Apple y todos los intermediarios al proponer un ecosistema autosuficiente es, también, una de las principales apuestas del proyecto metaverso, explica Audrey Schomer, analista del gabinete eMarketer.

Zuckerberg insistió mucho en la necesidad de la interoperabilidad (facilidad de transferencia entre universos virtuales): invitó a actores externos a unirse a la aventura, sin dejar de posicionarse como creador y referente de un sistema universal como pudieron ser la App Store de Apple, el motor de búsqueda Google o incluso internet en su conjunto.

La importancia de la realidad virtual

La creación de Meta es diferente a la de Alphabet, que se volvió casa matriz de Google en 2015, ya que esta última no supuso un cambio de paradigma. Y, para Colin Sebastian, “no es un ‘momento iPhone’”, en referencia al lanzamiento de la marca de la manzana después de que se convirtió en su producto estrella.

El entonces director general de Apple, Steve Jobs, tenía un producto disponible para presentar, lo que no es el caso de Zuckerberg, resalta el analista. Pero Sebastian considera que el lanzamiento del Cambria, el nuevo casco de realidad virtual de Facebook/Meta esperado el año próximo, será “una etapa crucial para los productos VR (realidad virtual) y AR (realidad aumentada)”.

Facebook privilegia los extremos y deja a quienes tienen ideas moderadas o de centro fuera de órbita.

Sin embargo, la popularidad menguante de las VR y AR plantea la cuestión del atractivo de un universo paralelo.

“Hoy, la realidad virtual amenaza con estancarse por completo, y de no volverse más que una pequeña parte del universo de los fanáticos de videojuegos”, dijo en su blog Benedict Evans, especialista en tecnología.

Para Schomer, buena parte de este fracaso es debido al precio de los cascos de realidad virtual, pero también con el hecho de que “no hay suficiente contenido atractivo disponible”.

Para acelerar la penetración de estos aparatos, Zuckerberg quiere venderlos “a precio de costo o subvencionarlos”, es decir venderlos a pérdida o regalarlos, aunque advierte: “Debemos asegurarnos de no perder demasiado dinero en este camino”.

Los anuncios realizados por Zuckerberg desde el lunes no preocupan por ahora a los analistas, quienes, salvo contadas excepciones, siguen aconsejando comprar o conservar acciones de Facebook, a las que ven ganar un 20 % el año que viene.

“La vía de Facebook hacia el metaverso está relativamente despejada”, afirma en Twitter Eric Seufert, analista para el sitio Mobile Deb Memo.

Según él, el grupo se adentra en “la vía de lo inevitable”, que hará de “la empresa la más importante en la vida de la mayoría de las personas durante los próximos 20 o 30 años”.

Con información de la AFP.