Refugiados musulmanes conocidos como rohinyás, demandaron a Facebook este lunes por una suma de 150.000 millones de dólares, argumentando que la red social no consigue frenar la incitación al odio en su plataforma, exacerbando la violencia contra esta vulnerable minoría.
La queja, oficialmente presentada en una corte en California, dice que los algoritmos de la poderosa red social basada en Estados Unidos promueven desinformación y pensamientos extremistas que se traducen en violencia en el mundo real, generando un discurso que promueve el odio.
“Facebook es como un robot programado con una misión singular: crecer”, apunta el documento judicial presentado por los refugiados.
“La realidad innegable es que el crecimiento de Facebook, alimentado por el odio, la división y la desinformación, ha dejado cientos de miles de vidas musulmanes devastadas a su paso”, señala un apartado de la medida judicial.
El grupo esencialmente musulmán enfrenta una amplia discriminación en Birmania, donde son despreciados como foráneos a pesar de haber vivido en el país por generaciones.
Una campaña respaldada por el ejército que, según la Organización de las Naciones Unidas, equivalía a un genocidio, expulsó a cientos de miles de ellos en 2017 hacia la frontera, hasta Bangladés, donde desde entonces viven en campos de refugiados.
Otros aún siguen en Birmania donde no tienen derecho a una ciudadanía y donde son objeto de violencia común y discriminación por la actual junta militar que controla el país.
La queja legal argumenta que los algoritmos de la red social guían a usuarios más susceptibles a unirse a grupos más extremos, una situación que está abierta a ser explotada por políticos y regímenes autocráticos, teniendo injerencia en este tipo de población para sacar provecho de la comunidad.
Grupos de derechos humanos han dicho con frecuencia que Facebook no hace lo suficiente para prevenir la propagación de la desinformación. Por su parte, los críticos dicen que incluso cuando fueron alertados sobre el discurso de odio en su plataforma, la compañía no actuó frente a este llamado de alerta.
De acuerdo con lo anterior, estos críticos afirman que lo que ignora Facebook es que está permitiendo que noticias falsas proliferen y se viralicen, afectando la vida de minorías y atacando elecciones en democracias como las de Estados Unidos, donde acusaciones de fraude, sin fundamento, circularon y se intensificaron entre personas afines.
Este año, una enorme filtración por cuenta de una denunciante desató artículos argumentando que la red social Facebook, cuya compañía madre ahora es llamada Meta, sabía que sus páginas podrían hacerles daño a algunos de sus miles de millones de usuarios, y que los ejecutivos prefirieron crecer antes que optar por un espacio más seguro.
De acuerdo con las leyes estadounidenses, Facebook está protegido de asumir la responsabilidad del contenido publicado por sus usuarios.
La demanda de los refugiados rohinyás, anticipando esta defensa, argumenta que donde pueda ser aplicable debe prevalecer en el caso, como en Birmania, que no tiene este tipo de protecciones.
La red social Facebook, que no respondió aún a la consulta sobre la demanda, ha estado bajo presión en Estados Unidos y Europa para eliminar las noticias falsas, particularmente en cuestiones electorales y referentes al coronavirus.
*Con información de la AFP.