El módulo de alunizaje estadounidense Peregrine, que no pudo llegar a la Luna debido a una fuga de combustible durante el vuelo, desapareció este jueves 18 de enero sobre una remota región del Pacífico Sur, probablemente tras incendiarse en su reingreso a la atmósfera terrestre.
Astrobotic, la start-up que diseñó el dispositivo, perdió contacto con la nave poco antes de las 21H00 GMT del jueves, media mañana del viernes en la zona horaria local, lo que indicaba una “reentrada controlada sobre aguas abiertas”, indicó la compañía en su más reciente actualización en la red social X.
La empresa, con sede en Pittsburgh, añadió que esperaría una confirmación independiente del paradero de Peregrine por parte de las autoridades gubernamentales competentes.
Un informe anterior de Astrobotic proporcionaba las coordenadas de reingreso a la atmósfera a unos cientos de kilómetros al sur de Fiyi, aunque con un amplio margen de error.
Los ingenieros habían ejecutado una serie de pequeñas quemas de motor para posicionar el robot cuadrado (del tamaño de un carro de golf) sobre el océano para “minimizar el riesgo de que los restos llegaran a tierra” firme.
La compañía había publicado también una fotografía de la Tierra oscurecida tomada desde el módulo en su aproximación al planeta.
Peregrine despegó a principios de la semana pasada desde Florida, pero rápidamente se detectó una fuga de combustible que le impidió alunizar.
Sin embargo, siguió operando por más de 10 días en el espacio, recopilando datos de vuelo útiles para un futuro intento, incluso permitiendo experimentos a bordo.
La empresa se vio obligada a evaluar cómo finalizar la misión, teniendo en cuenta las incertidumbres relacionadas con la fuga, y para no generar problemas a los satélites en órbita terrestre o desechos en órbita lunar.
Este fin de semana anunció que había tomado “la difícil decisión” de mantener una trayectoria que dirigiera el módulo de aterrizaje hacia la Tierra.
“No creemos que el reingreso de Peregrine represente ningún riesgo para la seguridad y la nave se quemará en la atmósfera de la Tierra”, había señalado Astrobotic.
El módulo de alunizaje forma parte de una nueva asociación experimental entre la agencia espacial estadounidense (Nasa) y la industria privada destinada a reducir los costos para los contribuyentes y sembrar una economía lunar.
La Nasa había pagado a la compañía emergente más de 100 millones de dólares, en el marco del programa “Commercial Lunar Payload Services” (servicios comerciales de carga útil lunar, en español) para enviar sus instrumentos científicos a la Luna.
Japón intenta alcanzar la Luna con su módulo Moon Sniper
El módulo Moon Sniper de Japón iniciará, en la medianoche del viernes al sábado, el descenso hacia la Luna, que, de resultar exitoso, situaría al archipiélago asiático en el selecto grupo de países en conseguir un aterrizaje controlado en el satélite terrestre.
Con su misión Smart Lander for Investigating Moon (Slim), Japón quiere ser la quinta nación en lograr un alunizaje exitoso después de Estados Unidos, la Unión Soviética, China e India.
Pero el módulo de alunizaje japonés, con una sonda rodante desarrollada por una empresa de juguetes, fue diseñado para hacerlo con una precisión sin precedentes.
El descenso de esta nave, apodada Moon Sniper (francotirador lunar, en español) por la agencia espacial Jaxa, debe comenzar en la medianoche del viernes al sábado en Japón (15H00 GMT del viernes).
Si todo se desarrolla según lo planeado, el alunizaje debería ocurrir 20 minutos después.
La nave debe colocarse en un radio de cien metros, respecto al punto de referencia fijado en la superficie del satélite, un margen mucho más estrecho de las zonas de aterrizaje habituales de varios kilómetros.
Un éxito revertiría la mala racha del sector aeroespacial japonés, que acumula dos misiones lunares y varios lanzamientos de cohetes fallidos.
Como hizo India por primera vez en agosto, con su programa espacial de bajo costo, la misión japonesa tiene como objetivo el polo sur de la Luna, muy poco explorado.
Un alunizaje seguro del Moon Sniper sería “algo muy importante”, dijo Emily Brunsden, profesora de astrofísica y directora del Astrocampus de la Universidad de York.
“La precisión de ‘francotirador’ del aterrizaje es un enorme salto tecnológico que permitirá diseñar misiones para abordar cuestiones de investigación mucho más específicas”, explicó a la AFP.
La misión es “excepcionalmente compleja a nivel tecnológico”, advirtió Brunsden. “Normalmente, solo hay una oportunidad de hacerlo bien, con lo que el mínimo error puede provocar el fracaso”.
*Con información de la AFP.