El pasado 28 de febrero, el satélite espía ruso ‘Cosmos 2221′ y la nave ‘TIMED’ de la Nasa, que fue lanzada desde el 2001 para estudiar la atmósfera de la Tierra, tuvieron un estrecho acercamiento mientras están en órbita.
Para ese momento se indicó que dicha situación no representaba peligro alguno, debido a que se estimó que ambos pasarían entre sí a unos 20 metros, los ingenieros y otros expertos de la Nasa descartaron la posibilidad de una colisión.
Sin embargo, una reciente publicación en el portal space.com, revela que la Nasa tuvo un error de cálculos y que por un estrecho margen no ocurrió un accidente espacial que pudo generar serias afectaciones.
De acuerdo con el sitio en mención, Pam Melroy, funcionaria de la Nasa, reconoció que la estimación inicial no fue del todo correcta, pues el satélite ‘Cosmos 2221′ y la nave ‘TIMED’ estuvieron mucho más cerca de lo calculado.
“Recientemente, descubrimos a través del análisis que el paso (de ‘Cosmos 2221′ y la nave ‘TIMED’) fue de menos de 10 metros de distancia”, declaró recientemente Melroy en una intervención realizada en el 39º Simposio Espacial en Colorado Springs (EE.UU.).
Pam Melroy indicó que fue algo muy impactante para todos los funcionarios de la Nasa que estaban monitoreando la situación.
“Realmente nos asustó a todos”, afirmó Melroy.
¿Qué habría pasado si ambos objetos chocan?
La funcionaria de la Nasa explicó que si ambos satélites hubieran chocado, se habría generado una gran cantidad de escombros. Dichas partículas podrían moverse a miles de kilómetros por hora y con ello tendrían la capacidad de causar daños en otra nave espacial, poniendo potencialmente en riesgo vidas humanas.
Melroy indicó que incluso un fragmento pequeño de escombros puede dañar los satélites e incluso causar un serio problema en la Estación Espacial Internacional (ISS). Esto se debe a la gran velocidad con la que se desplazan esos objetos diminutos.
En la órbita de la ISS, a unos 400 kilómetros de altura, los objetos pueden alcanzar velocidades cercanas a los 28.160 kilómetros por hora, de modo que los pequeños escombros pueden moverse más mucho más rápido que una bala.
Pese a que este tipo de impactos aún siguen siendo eventos relativamente anormales, expertos afirman que está aumentando el número de veces que ocurren ese tipo de situaciones, pues cada vez más hay más basura espacial, satélites operativos y otros elementos en órbita de la Tierra.
De hecho, el portal space.com señaló que en agosto de 2021, el satélite militar chino Yunhai 1-02 fue golpeado por un trozo de basura espacial, el cual aparentemente era un fragmento de los restos del cohete Zenit-2 que fue lanzado por el satélite espía ruso Tselina-2 en 1996.
Sobre población en la órbita de la Tierra
De acuerdo con un reporte de la Agencia Espacial Europea (ESA), hoy en día hay cerca de 11.500 satélites orbitando a la Tierra y 9.000 de ellos están operativos. La agencia resaltó que más de la mitad de los satélites funcionales hacen parte de la red de banda ancha Starlink de SpaceX, una estructura que cuenta con más 5.800 satélites que está en continuo crecimiento.
Adicionalmente, la ESA señala en la órbita del planeta hay cerca de 36.500 piezas de basura espacial que tienen un tamaño de menos 10 centímetros de ancho. De manera que hay más de 30.000 elementos que pueden ser una potencial amenaza contra estructuras tripuladas que están en el exterior de la Tierra.
¿Qué se está haciendo con la basura espacial?
Actualmente, la Nasa tiene varias iniciativas para ayudar a controlar el problema de la basura espacial, como la pasivación de las etapas superiores de los cohetes en órbita para que se ventile el combustible restante y reducir su capacidad explosiva.
Pam Melroy, también destacó que la agencia espacial está impulsando una “estrategia de sostenibilidad espacial” que abarcará la Tierra, la órbita terrestre, el espacio profundo y el espacio cercano y alrededor de la Luna.
De esta manera, se espera controlar la presencia de restos de objetos lanzados a órbita que eventualmente sean un potencial riesgo para futuras misiones.