El auge de los eSports en todo el mundo era un fenómeno que hasta hace un par de décadas nadie preveía, pero que gracias a sucesos relevantes como la pandemia y el confinamiento se dispararon a tal punto que se afianzaron en el mercado y como se dice popularmente: “llegaron para quedarse”.
De acuerdo con el informe “eSports & Live Streaming Market Report”, de Newzoo, al final de este año será posible que esta industria supere los 1.380 millones de dólares en ingresos, algo que sin duda atrae muchas miradas, entre esas, las de los ciberdelincuentes.
En Colombia, la población estimada de gamers asciende a 22 millones, aproximadamente, lo que representa el 64 % del total de personas que navega en Internet en nuestro país. Esta cifra, que aunque parece pequeña, si se tiene en cuenta que en el mundo hay, aproximadamente, 3.000 millones de gamers, como lo afirma Newzoo, es tremendamente significativa para nuestro país.
Sin embargo, con este crecimiento aumentan las amenazas cibernéticas y los ataques registrados a videojugadores son cada vez mayores y más críticos, enmarcados en el total de riesgos cibernéticos presentados en el país.
Basta con recordar que a finales de marzo, hackers robaron criptomoneda avaluada en más de 600 millones de dólares de un libro de contabilidad digital usado por internautas del popular juego Axie Infinity, en uno de los hurtos más grandes de este tipo revelado el martes 29 de marzo.
Entre tanto, un informe del Ministerio de Defensa nacional revela que el año pasado hubo 123 casos de filtración de información y que el contenido abusivo en Internet creció un 373 %. Además, la cartera señala que en 2022 los ataques más frecuentes están relacionados con contenido abusivo (45 %) y fraudes (27 %).
La Fiscalía General de la Nación, por su parte, dio a conocer que en el primer semestre de 2021 hubo 6.649 casos reportados de violación de datos personales, y que se presentaron, en ese mismo periodo, 2.825 denuncias de suplantación de sitios web. Esto sin duda crea un panorama que si bien no es de asustarse o entrar en pánico, sí vale la pena analizar.
Luis Carlos Guerrero, presidente para Colombia de Lumen Technologies, aseguró que hoy en día, teniendo en cuenta todo lo que viene pasando en el mundo digital y las herramientas con las que están innovando los ciberdelincuentes, es necesario protegerse en el mundo de los videojuegos, así como en las empresas o el hogar.
“Debido a que los deportes electrónicos son un mercado diverso, la industria del juego es un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. No todos los jugadores en Colombia son profesionales y algunos incluso toman la decisión de jugar mientras transmiten su experiencia en plataformas de Livestream como Twitch o YouTube Gaming. Lo que no saben es que todas las partes están constantemente expuestas a grandes pérdidas debido a los ataques DDoS y otras amenazas a la seguridad”, dijo Guerrero.
Según el informe trimestral de DDoS de Lumen Technologies, los juegos online recibieron un 13 % de los 500 ciberataques más grandes. Por eso, advierte este experto, es necesario tomar algunas medidas de precaución para que la emoción por el gaming no termine mal:
Lo primero es utilizar siempre contraseñas fuertes y únicas, ya que una de las maneras más sencillas de protección en línea es asegurarse de que las contraseñas sean diferentes para cada plataforma. Se puede, incluso, actualizar las contraseñas una vez al mes.
También hay que aprovechar las opciones adicionales de seguridad y privacidad cuando estén disponibles. Estas pueden ser de autenticación de dos factores para garantizar la identidad de quien dice poseer la cuenta.
“Hay que acudir a fuentes fiables para descargas. Es importante evitar los complementos de terceros, las descargas ilegales y los códigos de trucos. Aunque pueden parecer una buena idea, las consecuencias superan siempre los beneficios prometidos”, dijo Luis Carlos Guerrero.
Por último, es necesario gestionar los perfiles de juego y tratarlos como si fueran perfiles o feeds de redes sociales normales y tener presente que no se debe revelar información personal que se considere sensible y elegir si se quiere que la gente vea su actividad diaria o no.