Dos importantes accionistas pidieron a Apple estudiar si sus iPhones son adictivos para los niños y si el uso intenso de estos teléfonos inteligentes puede ser nocivo para su salud mental."Hay bastantes pruebas de que, para al menos la mayoría de jóvenes usuarios, esto pueda tener consecuencias negativas inintencionadas" para su salud, explicaron Jana Partners LLC y la Asociación de Profesores Estatales Jubilados de California (Calstrs) en una carta enviada a Apple el 6 de enero y difundida el lunes.Ambos entes advirtieron que la creciente ansiedad entre los jóvenes por el uso intenso de los iPhones "probablemente impactará incluso a Apple".Puede leer: La curiosa batalla que dos hermanos italianos le ganaron a Apple por la marca Steve JobsLos dos accionistas, que suman 2.000 millones de dólares en participaciones de Apple, pidieron a la compañía desarrollar más medios para que los padres puedan restringir a sus hijos el uso de teléfonos móviles."Pedimos específicamente que Apple cree un comité de expertos y especialistas para investigar y estudiar el asunto y monitorear los desarrollos tecnológicos", subrayaron."Por otro lado, animamos a Apple a ofrecer a los padres más herramientas mejorando los software de los dispositivos móviles para activar opciones relacionadas con la edad, incluido un tiempo máximo para mirar la pantalla", explicaron.Los inversores apuntaron que enfrentar este tema ahora aumentará el valor de la compañía a largo plazo de cara a los accionistas.Apple no ha respondido a la carta, pero sus iPhones ofrecen a los padres mecanismos para restringir el acceso a determinadas aplicaciones y contenido.Consulte: Apple admite que todos los iPhones y Macs están afectados por las fallas Meltdown y SpectreAunque la carta está dirigida únicamente a Apple, hace tiempo que se abrió el debate sobre la exposición de los menores a los dispositivos tecnológicos.Los inversores citaron un reciente estudio del Centro sobre los Medios de Comunicación y la Salud de los Niños y la Universidad de Alberta, según el cual tres de cada cuatro profesores afirman que la capacidad de los niños por concentrarse en temas educativos ha caído.