Nuevas observaciones con el telescopio espacial James Webb ofrecen una verificación crucial para abordar la discrepancia en las mediciones de la misteriosa expansión del universo.
La investigación, publicada en ‘The Astrophysical Journal’, sugiere que una nueva característica del universo (no un fallo en las mediciones del telescopio) puede estar detrás del misterio de una década sobre por qué el universo se expande más rápido hoy que en su infancia hace miles de millones de años.
Los nuevos datos confirman las mediciones del telescopio espacial Hubble de las distancias entre estrellas y galaxias cercanas.
Conocida como la tensión de Hubble, la discrepancia sigue sin explicación incluso para los mejores modelos cosmológicos.
La investigación se basa en el descubrimiento de Adam Riess, ganador del Premio Nobel y profesor de Física y Astronomía en la Universidad Johns Hopkins, de que la expansión del universo se está acelerando debido a una misteriosa “energía oscura” que permea vastas extensiones de espacio entre las estrellas y las galaxias.
Tal y como explica el autor en un comunicado: “La discrepancia entre la tasa de expansión observada del universo y las predicciones del modelo estándar sugiere que nuestra comprensión del universo puede ser incompleta.
“Ahora que dos telescopios insignia de la Nasa confirman mutuamente sus hallazgos, debemos tomarnos muy en serio este problema, es un desafío, pero también una oportunidad increíble para aprender más sobre nuestro universo”, dijo.
El equipo de Riess utilizó la muestra más grande de datos del Webb recopilados durante sus primeros dos años en el espacio para verificar la medida del telescopio Hubble de la tasa de expansión del universo, un número conocido como la constante de Hubble.
Utilizaron tres métodos diferentes para medir las distancias a las galaxias que albergaban supernovas, centrándose en distancias previamente medidas por el telescopio Hubble y que se sabe que producen las mediciones “locales” más precisas de este número.
Las observaciones de ambos telescopios se alinearon estrechamente, lo que reveló que las mediciones del Hubble son precisas y descartó una inexactitud lo suficientemente grande como para atribuir la tensión a un error del Hubble.
Aun así, la constante de Hubble sigue siendo un enigma porque las mediciones basadas en observaciones telescópicas del universo actual producen valores más altos en comparación con las proyecciones realizadas utilizando el “modelo estándar de cosmología”, un marco ampliamente aceptado de cómo funciona el universo calibrado con datos del fondo cósmico de microondas, la débil radiación que quedó del big bang.
Mientras que el modelo estándar arroja una constante de Hubble de unos 67-68 kilómetros por segundo por megaparsec, las mediciones basadas en observaciones con telescopios arrojan regularmente un valor superior, de 70 a 76, con una media de 73 kilómetros por segundo por megaparsec (km/s/Mpc).
Este desajuste ha desconcertado a los cosmólogos durante más de una década porque una diferencia de 5-6 km/s/Mpc es demasiado grande para ser explicada simplemente por fallos en la técnica de medición o de observación.
Los megaparsecs son distancias enormes. Cada uno equivale a 3,26 millones de años luz, y un año luz es la distancia que recorre la luz en un año: 9,4 billones de kilómetros.
Dado que los nuevos datos de Webb descartan sesgos significativos en las mediciones del Hubble, la tensión del Hubble puede deberse a factores desconocidos o lagunas en la comprensión de la física por parte de los cosmólogos aún por descubrir, informa el equipo de Riess.
“Los datos del Webb son como mirar el universo en alta definición por primera vez y realmente mejoran la relación señal-ruido de las mediciones”, comenta Siyang Li, un estudiante de posgrado que trabaja en la Universidad Johns Hopkins en el estudio.
*Con información de Europa Press