En la actualidad, el internet es considerado como una herramienta imprescindible en múltiples áreas. Ya sea en el trabajo, en la educación o con fines de entretenimiento, su uso sigue siendo popular en gran parte del mundo.
Sin embargo, pese a su innegable importancia, sus días estarían contados. Así lo sugiere Geert Lovink, profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam (AUAS) y de la Universidad de Ámsterdam, en un ensayo titulado Extinction Internet y publicado por el Institute of Network Cultures.
De acuerdo con Lovink, llegará un momento en que todos los usuarios de esta herramienta se cansarán. Para argumentar su punto, el académico profundizó en el precio que deben pagar las personas por usar internet, el cual no solo es económico, sino también psicológico.
“Incluso los usuarios ‘normales’ tienen que pagar cada vez más un precio por nuestra gran dependencia de Internet y nuestra adicción a las redes sociales y las aplicaciones”, expone Lovink en su escrito.
En ese sentido, el autor dio paso a otra consecuencia que el uso desmedido de Internet está teniendo en la sociedad: dismorfia corporal, preocupación obsesiva por un defecto físico y trastornos de ansiedad, por mencionar algunos.
“Ciertas funciones críticas de nuestro cerebro se están externalizando. Nuestra memoria a corto plazo está empeorando, y nuestra atención está cada vez más fragmentada y dirigida de forma muy específica”, anota el autor en su ensayo.
De ser la solución a convertirse en parte del problema
“El fin de Internet tal como lo conocemos, o incluso más específicamente, el fin de las culturas de red tal como las conocemos, se acerca aún más”, vaticina el profesor Geert Lovink.
Según nota en su investigación, “durante la última década, Internet ha cambiado rápidamente de un estatus favorable, siendo la solución, a ser parte del problema, incapaz de revertir el suyo tendencias destructivas. Es posible que ya hayamos pasado el punto de retorno. Silenciar lo no humano ya no funciona”.
De acuerdo con Lovink, en un principio siempre se había dado por sentado que el Internet estaba “estropeado”, aunque eventualmente podía arreglarse. No obstante, argumenta que la percepción ha cambiado y para ello cita el caso de Facebook.
“Puede llegar un momento en que eso ya no sea posible, después de lo cual las consecuencias adversas ya no podrán controlarse. Internet se dirige hacia un punto de no retorno, y probablemente las grandes tecnológicas también sean ya conscientes de ello. Mark Zuckerberg se ha alejado de sus plataformas de medios sociales y ha lanzado Meta, como si no pasara nada y pudiéramos empezar de nuevo, pero está claro que ya está roto”, se lee en el articulo.
“El fin de una era”
Lovink predice que el fin de Internet llegará paulatinamente. Adicionalmente, aclara que el concepto no debe entenderse como la muerte de la herramienta como tal, es decir, su infraestructura, sino como “el fin de una era”.
“La observación de que Internet está acelerando los problemas del mundo y se está volviendo cada vez más problemática está alcanzando el estado de consenso. Los protocolos presumiblemente ‘buenos’ y la naturaleza descentralizada como una ‘red de redes’ resultaron ser incapaces de desafiar tanto las plataformas centralizadas como el control autoritario y demostraron ser susceptibles de control (...)”, explica el académico en su artículo.
Este elemento también va ligado a la aparente libertad de expresión que hay en Internet. Por ejemplo, Lovink reseña que en Países Bajos la gente publica cada vez menos sus opiniones.
También cita como ejemplos a China, por su sistema de puntos sociales, y Estados Unidos, por el uso de datos para la expedición de visados. A partir de estos casos, el académico argumenta que conllevará a que los usuarios se alejen cada vez más del internet.
“Es nuestra tarea negarnos a ponernos del lado de los multimillonarios y otros gobernantes autoritarios, luchar contra la tecnostalgia y volver a asumir la “tarea de cepillar la historia contra la corriente”. Al reclamar el final, la energía se libera para crear nuevos comienzos”, concluye Lovink en su ensayo.
Reporte ubicó a Colombia como uno de los países más adictos al internet
Colombia es uno de los países que más utiliza internet en el mundo, según Datareportal. A través de un informe digital de carácter mundial, el país es el cuarto en la lista de naciones que sus habitantes más permanecen en la red.
De acuerdo con el informe general global digital de 2022, publicado en asociación con We Are Social y Hootsuite, la conexión a internet está avanzado de manera desproporcionada. De hecho, se estima que su incremento es mayor en comparación con la pandemia, cuando el mundo se encontraba confinado.
Los primeros tres puestos de los países que son más adictos a internet son: Sudáfrica, Filipinas y Brasil. Luego de esto, Colombia entra a la lista que analiza variables como el auge del comercio social, el aumento significativo en el costo de los anuncios en las redes sociales, las grandes ganancias para YouTube, Instagram y TikTok, entre otras.
Expertos calcularon que en el país se gastan 10:03 horas diarias en promedio, en comparación con la media global de 6:58 horas diarias.
Según el reporte, los países desarrollados y con un modelo económico estable, no suelen permanecer en la web porque sus habitantes están centrados en sus trabajos y otras prácticas. Es decir, para algunos las redes sociales o plataformas digitales de entretenimiento pasan a un segundo plano. Por ejemplo, en el continente asiático, Datareportal dice que Japón utiliza 4:26 horas diarias en internet y China 5:15 respectivamente.