Un movimiento del planeta Tierra hace que algunos asteroides no puedan ser rastreados por los imponentes telescopios que monitorean el espacio exterior.
Esto lo dieron a conocer unos expertos de la Nasa, quienes aseguraron que una rotación especial de nuestro planeta hace que estas rocas espaciales puedan acercarse de manera sigilosa sin ser detectadas.
El hecho ya había ocurrido en 2019 cuando los telescopios no pudieron observar un asteroide de casi 100 metros de ancho y que se acercó a tan solo 70.000 kilómetros de la Tierra. Esta era la primera vez que una roca de ese tamaño y a esa distancia se acercara sin que fuera detectada.
La información se dio a conocer gracias al estudio ejecutado por el astrónomo Richard Wainscoat de la Universidad de Hawái en Manoa, junto a varios colegas. “El movimiento topocéntrico inducido proveniente de la rotación de la Tierra cancela el movimiento natural del asteroide viéndolo desde el este en el cielo, haciendo que el objeto parezca estar casi estacionario. Esto dificulta su descubrimiento”, dijeron los especialistas a medios de comunicación.
El último asteroide detectado por la Nasa, bautizado como (7482) 1994 PC1, pasará por el planeta Tierra a una distancia de “aproximación cercana” de 0.013 unidades astronómicas, equivalente a aproximadamente 1,9 millones de kilómetros, una distancia que es cinco veces más lejos de la que existe entre la Tierra y la Luna, según Newsweek.
Tras pasar cerca de la Tierra, el asteroide, que cuenta con un diámetro de más de 1 kilómetro, volverá a aproximarse a una distancia semejante en 2105.
El asteroide se acercará a más de 70.000 kilómetros por hora antes de encaminarse a otra órbita solar y no regresará hasta 83 años después.
Los fanáticos en observar este tipo de fenómenos espaciales tendrán la posibilidad de detectar y observar a (7482) 1994 PC1, alrededor de las 4:50 p. m. el 18 de enero. De acuerdo con la NASA, el asteroide se verá como un punto de luz que pasa frente a las estrellas de fondo durante la noche.
Esta enorme roca brillará alrededor de una magnitud de 10, lo que quiere decir que será un objetivo de fácil observación para quienes cuenten con un telescopio de seis pulgadas o incluso de más.
Este astro ha sido monitoreado por la Nasa desde 1994, año en que fue descubierto y fue calificado como el asteroide Apolo, desde entonces se ha descubierto que su órbita cruzará la de la Tierra, lo que significa que es “potencialmente peligroso”, según la organización.
Durante el mes de enero también se pudieron observar objetos como el asteroide 2014 YE15, que pasó cerca de la Tierra con sus apenas siete metros de ancho el 6 de enero, acercándose hasta 4,6 millones de millas.
Otro, el 2020 AP1, de tamaño mucho más pequeño con solo 4 metros de ancho, sobrepasó el cielo del planeta el pasado 7 de enero a 1,08 millones de millas. Según la NASA, un objeto celeste de más de unos 150 metros que puede acercarse a la Tierra dentro de esta distancia se denomina objeto potencialmente peligroso.