La Ciencia, la tecnología y la innovación (CTeI)son vitales para el desarrollo económico y social del país. Por eso, Colciencias, junto con el Departamento Nacional de Planeación y algunos ministerios, inició desde mitad de 2015 el proceso para formular una nueva política pública orientada a promover el desarrollo científico, tecnológico y de innovación.El proceso fue técnico y participativo, teniendo en cuenta que al equipo de expertos de esa entidad se sumaron 17 instituciones de gobierno, investigadores, empresarios y vicerrectores de investigación de las universidades que forman parte del Consejo Asesor de Ciencia.La primera versión de esta política estuvo lista en diciembre de 2015 y fue publicada en forma de borrador para que los interesados aportaran sus opiniones. Según el subdirector de Colciencias, Alejandro Olaya, “este mecanismo fue bastante novedoso ya que nunca en la historia de los Conpes se había difundido un borrador para su discusión”.Este borrador muestra el plan del gobierno nacional para trabajar en cuatro tareas fundamentales: formar capital humano altamente calificado para generar conocimiento; fortalecer la investigación y el desarrollo tecnológico; promover actividades innovadoras en la empresa privada; y expandir la investigación científica en todo el país.En este sentido, el primer pilar de la nueva política es la necesidad de estimular la producción de nuevo conocimiento científico que impulse la productividad y el desarrollo social. Para lograrlo, el Conpes plantea invertir por lo menos 14,4 billones de pesos en formar 23.800 doctores durante los próximos diez años, y de esta forma alcanzar los niveles de Brasil en materia de capital humano altamente calificado para CTeI.En segundo lugar, aprovechar y fortalecer el potencial del país en seis áreas estratégicas como salud, energías sostenibles, alimentos, biotecnología, nanotecnología y tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). En este nivel, Colciencias proyecta que Colombia construya una infraestructura especializada en estas áreas, capaz de enlazar las capacidades científicas de los investigadores con las empresas, los gobiernos regionales y la sociedad.Además, esta política busca que la innovación se convierta en una actividad central de la empresa privada. Según cifras del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, en 2014 el sector privado participó con el 36 por ciento en el financiamiento de actividades de CTeI, lo cual contrasta con las cifras de algunos países de la Ocde, en donde este indicador sobrepasa el 70 por cientoFrente a este problema, la política impulsa el desarrollo industrial de capital de riesgo para financiar la creación y expansión de empresas innovadoras, y, además, plantea desarrollar líneas de crédito dirigidas a promover la innovación y exenciones tributarias.Otro de los aspectos fundamentales de la nueva política es que, a pesar de que la Ley de Regalías asignó el 10 por ciento del total de los recursos del sistema a proyectos de CTeI en todos los departamentos del país, la producción de ciencia aún está concentrada en Bogotá y Medellín. Según datos de Colciencias, el 57 por ciento de los investigadores y el 53 por ciento de los grupos de investigación se ubican en estas dos ciudades.Por esta razón, cada uno de los componentes más importantes del Conpes tiene en cuenta la necesidad de expandir la ciencia a todos los territorios del país. Tanto la formación de capital humano, el impulso de la investigación ligada al desarrollo y el fomento a la innovación empresarial cuentan con planes específicos de incidencia en las regiones.Será potestad del Consejo de Ministros comprender la necesidad de invertir los 34 billones de pesos en diez años que necesita el Conpes y así evitar que el crecimiento económico del país siga dependiendo de sus materias primas.Por lo pronto, esta nueva política ha sido debatida en la comunidad académica. Para la profesora Montoya, “que el gobierno se haya puesto a la tarea de elaborar un documento que ponga como eje del crecimiento económico la CTeI es un hecho importante”Además, poner en marcha una nueva política de ciencia, tecnología e innovación el mismo año en el que el país entra en posconflicto es más que simbólico: es la convicción de que por medio de diversas políticas públicas es posible construir una nación próspera social y económicamente.