Por primera vez, la Marina de Estados Unidos recargó con combustible un avión de combate haciendo uso de un dron, lo que representa un hito para la integración de aviones no tripulados a las funciones militares.
De acuerdo con lo informado por el Pentágono, la Marina usó un avión cisterna no tripulado para abastecer de combustible un avión de combate F/A-18E-F Super Hornet y la prueba se realizó el 4 de junio.
El dron, según la información de las autoridades estadounidenses, es un MQ-25 Stingray de Boeign que partió desde el aeropuerto MidAmerica en Mascoutah, Illiniois.
Según lo señalado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, “la misión demostró que el avión cisterna no tripulado puede usar exitosamente el método probado para el reabastecimiento de combustible en vuelo”.
El vuelo, complementó el contralmirante Brian Corey –encargado del programa–, siembra las bases para integración de los portaaviones no tripulados y permite una mayor capacidad para combinar vehículos tripulados y no tripulados.
En la prueba, según contó el contralmirante, el avión Hornet se acercó unos seis metros al dron con el fin de que los dos tripulantes pudieran tomar medidas y observar algunas características del robot y su funcionamiento, en el momento en que realizaba la recarga de combustible.
“Querían ver cuán estable era el vuelo en tan corta proximidad con el vehículo no tripulado. Querían observar oficialmente, con sus propios ojos el comportamiento del vehículo cisterna y la canasta de reabastecimiento”, afirmó Dave Bujold, director del programa MQ-27, citado por el Pentágono.
Para documentar todo el procedimiento, los tripulantes del avión, que hacen parte del Escuadrón 23 de Prueba y Evaluación, estuvieron en contacto por radio con el operador del MQ-25 que controlaba el vuelo del dron desde la tierra.
En el momento en que el mismo desplegó la manguera y la canasta desde el dron, el avión decidió acercarse lo máximo posible para hacer una conexión inicial de prueba, sin enviar combustible aún.
En la segunda conexión sí se realizó la transferencia del combustible, exactamente 135 kilogramos. En ese momento, tanto el avión como el dron volaban a unos 4.880 metros de altura y a una velocidad normal.
La conexión tuvo una duración de aproximadamente 10 minutos y culminó con éxito.
Desarrollo de Boeing
El “dron cisterna” fue desarrollado por la multinacional Boeing con el objetivo de ahorrar costos y tiempo en la recarga de combustible, ya que para hacerlo los aviones no tendrían que volver a cubierta a recargar gasolina.
El primer vuelo que realizó el dron MQ-25 Stingray se realizó en abril de 2019 y poco a poco ha ido perfeccionándose, hasta conseguir trayectos sostenidos durante seis horas a más de 9.000 metros de altura.
De acuerdo con la Marina de Estados Unidos, este dron con gasolina le permitirá ampliar el radio de acción de sus flotas aéreas desde los 800 kilómetros hasta los 1.300 y la primera prueba exitosa fue realizada este 4 de junio.
Además de Boeing, otras empresas trabajan en el perfeccionamiento de sus sistemas de reabastecimiento de combustible con drones, como es el caso de la empresa europea Airbus, que puso en marcha sus ensayos por primera vez en abril de 2020.
Este sistema desarrollado es automático y se mantendrá alineado con el depósito, teniendo la precisión de un par de centímetros.
La maniobra está supervisada todo el tiempo por un operador y uno de los objetivos que tendrá el sistema es detectar cuándo se introducirá el último tramo telescópico dentro del sistema de reabastecimiento, para empezar a llenar el tanque hasta que se dé la orden de desconexión porque está completo.