Las gallinas son criaturas asombrosas que han estado al lado de los seres humanos durante milenios, proporcionando alimento esencial en forma de carne y huevos. Una de las características más intrigantes de las gallinas es su capacidad para poner huevos de manera continua, incluso en ausencia de un gallo. Este fenómeno, que ha desconcertado y maravillado a la humanidad a lo largo de la historia, está arraigado en la biología y el sistema reproductivo de estas aves.
En primer lugar, es importante entender la naturaleza de la reproducción en las aves, específicamente en las gallinas. A diferencia de los mamíferos, donde la fertilización interna es un requisito previo para la reproducción, las aves tienen un sistema reproductivo único que les permite poner huevos fertilizados o no fertilizados. El proceso comienza en los ovarios de la gallina, donde se desarrollan los óvulos.
Las gallinas, al igual que otras aves, poseen dos ovarios, pero solo uno de ellos está activo. En este ovario activo, se desarrolla un óvulo. A medida que el óvulo madura, se forma la yema del huevo, que es rica en nutrientes esenciales para el posible embrión en caso de ser fertilizado. Una vez que el óvulo está completamente desarrollado, es liberado del ovario en un proceso llamado ovulación.
Es en este punto donde la influencia del gallo entra en juego. Si la gallina ha tenido acceso a un gallo, la cópula puede haber tenido lugar y el óvulo liberado puede ser fertilizado por el esperma del gallo. Si no hay un gallo presente, el óvulo liberado será no fertilizado. Sin embargo, la gallina continuará poniendo huevos, ya que el proceso reproductivo está impulsado por su biología interna.
El sistema reproductivo de las gallinas está influenciado por su ciclo hormonal, independiente de la fertilización. Después de la ovulación, el óvulo no fertilizado avanza a través del oviducto, donde se forma la clara del huevo, la membrana y la cáscara. A lo largo de este proceso, las hormonas en el cuerpo de la gallina, como el estrógeno y la progesterona, están en juego para asegurar que los diferentes componentes del huevo se formen adecuadamente.
La capacidad de las gallinas para poner huevos sin la presencia de un gallo radica en su habilidad para liberar óvulos de manera independiente de la fertilización. Esto significa que una gallina puede continuar poniendo huevos diariamente, incluso en ausencia de una pareja sexual masculina. Sin embargo, es importante destacar que, en ausencia de un gallo, estos huevos no serán fertilizados y, por lo tanto, no se desarrollará un embrión en su interior.
La domesticación de las gallinas ha llevado a una mayor producción de huevos y a la creación de diversas razas especializadas en la producción de los mismos. Las gallinas ponedoras modernas han sido criadas selectivamente para maximizar la producción de huevos, lo que significa que continúan poniendo regularmente, independientemente de si hay un gallo presente.
Esta capacidad reproductiva excepcional ha sido una bendición para la agricultura y la industria avícola, ya que ha permitido una producción constante de huevos para el consumo humano.
Proceso de la formación de huevos en el interior de las gallinas
1. Ovulación y liberación del óvulo: el proceso comienza en los ovarios de la gallina, donde se desarrollan los óvulos. Las gallinas tienen dos ovarios. En este ovario activo, se forma un óvulo que se llama yema del huevo. Cuando el óvulo está completamente maduro. La yema liberada es atrapada por la abertura del oviducto, el tubo largo y retorcido donde se forma el huevo.
2. Formación de la clara: a medida que el óvulo se mueve a través del oviducto, se rodea de capas de albúmina o clara del huevo. Esta clara es rica en proteínas y proporciona nutrientes esenciales para el posible embrión, en caso de fertilización.
3. Formación de la membrana y la cáscara: después de la clara, el óvulo pasa por la formación de la membrana y la cáscara del huevo. La membrana se forma alrededor del óvulo para proporcionar protección y permitir el intercambio de gases. Luego, la gallina comienza a depositar minerales, como calcio, en la cáscara del huevo a medida que pasa por el oviducto. La cáscara se forma en capas, y el proceso de deposición de minerales puede durar varias horas.
4. Pigmentación de la cáscara (opcional): en algunas razas de gallinas, el proceso de formación del huevo incluye la pigmentación de la cáscara. Esto puede dar como resultado huevos de diferentes colores, como blanco, marrón, verde o azul. El pigmento se aplica a la superficie de la cáscara antes de que el huevo sea completamente formado.
5. Puesta del huevo: una vez que el huevo está completamente formado y la cáscara está endurecida, la gallina está lista para poner el huevo. El oviducto se contrae, empujando suavemente el huevo hacia el exterior a través del conducto de puesta. Este proceso puede ser acompañado por vocalizaciones y comportamientos específicos de la gallina.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.