Este jueves en Turquía entró en vigor una ley que refuerza considerablemente el control de las autoridades sobre las redes sociales, amenazando la presencia de Twitter y Facebook en el país si no responden a las peticiones de retirada de contenidos considerados polémicos.
La ley fue aprobada en julio, menos de un mes después que el presidente Recep Tayip Erdogan llamara a “poner orden” en las redes sociales, uno de los últimos espacios de expresión que escapan al control del Gobierno. Sin embargo, los defensores de los derechos dudan que el Gobierno pueda aplicar las estrictas medidas previstas por la ley.
Según la nueva legislación, las redes sociales con más de un millón de conexiones únicas al día, como Twitter y Facebook, deberán tener un representante en Turquía y obedecer a los tribunales que soliciten la retirada de determinados contenidos en un plazo de 48 horas. “El 1 de octubre es la fecha límite para que las redes sociales designen a un representante en Turquía”, explicó Yaman Akdeniz, profesor de Derecho de la Universidad Bilgi de Estambul, en su cuenta de Twitter.
En caso de incumplimiento de esta obligación, las plataformas recibirán primero una advertencia. A partir de noviembre, deberán hacer frente a multas de hasta 30 millones de libras turcas (3,87 millones de dólares), una prohibición de ingresos publicitarios y una fuerte reducción de su ancho de banda.
Suprimir Twitter
Aunque su cuenta de Twitter cuenta con 16,7 millones de seguidores, el presidente turco no oculta su aversión a las redes sociales, que amenazó con eliminar en 2014. Ese mismo año, Ankara bloqueó el acceso a Twitter y YouTube tras la emisión de grabaciones de escuchas telefónicas en las que Erdogan estaba implicado en un supuesto escándalo de corrupción.
En el primer semestre de 2019, Turquía estaba a la cabeza de los países que solicitaban la retirada de contenidos de Twitter, con más de 6.000 solicitudes. Twitter no respondió a las preguntas de la AFP sobre el seguimiento que pretende dar a la nueva ley turca.
En 2019, Turquía bloqueó el acceso a 408.000 sitios web, 40.000 tuits, 10.000 videos de YouTube y 6.200 publicaciones compartidas en Facebook, según Sevket Uyanik, defensor de los derechos en línea.
Silenciar la protesta
El jefe del Estado turco ya había calificado a Twitter de “amenaza”, estimando que la red social había facilitado la movilización para las manifestaciones antigubernamentales de 2013. Muchos turcos, especialmente los jóvenes, confían en las redes sociales para tener acceso a información independiente o crítica, en un entorno dominado por los medios progubernamentales.
Twitter y Facebook ya están siendo vigilados de cerca por el Gobierno y se han presentado numerosos juicios por “insulto al Jefe de Estado” o “propaganda terrorista” sobre la base de simples tuits.
A principios de julio, Erdogan llamó a “poner orden” en las redes sociales después de que su hija y su yerno fueran objeto de insultos en Twitter. Pero los partidarios del Gobierno también utilizan masivamente las redes sociales, sobre todo porque las reuniones están prohibidas en el marco de las restricciones vinculadas a la covid-19, subraya Emma Sinclair Webb, directora de Human Rights Watch en Turquía.
*Con información de AFP