En el mercado existen varios tipos de cargadores, tecnologías de carga y demás para volver a los niveles de uso de nuestros equipos celulares, que en muchas ocasiones se quedan sin carga cuando más los necesitamos.
Ante la diversidad, los expertos recomiendan tener en cuenta varios aspectos que eviten el daño de los móviles, por lo que inicialmente se debe poner atención a los puertos principales de los móviles: microUSB, USB-C y Lightning, así como el propio en equipos de Apple.
Con el paso de los años y ante la evolución de los celulares, la mayoría ya cuentan con m USB-C, pero los antiguos o de gama baja siguen usando el microUSB.
Por eso es importante que al hacer la carga del equipo será necesario acondicionar también el propio adaptador, ya que hay móviles que cargan con un cable USB-A a tipo C y otros que cargan de tipo C a tipo C, etc.
En concreto, es necesario tener en cuenta a la hora de recargar la batería del celular si este es microUSB, USB-C o Lightning, para saber básicamente cuál es el cable que se debe utilizar.
Además del cargador que se necesita, es importante la potencia que tenga, ya que, cargará más o menos rápido, aunque eso depende también de los estándares que soporte el teléfono.
En este caso, la potencia de cargador y dispositivo a cargar debe coincidir, puesto que, de poco sirve conectar un cargador de 120W a un móvil sin carga rápida
Debido a la constante demanda de los usuarios por evitar quedarse sin carga o que cuando esto se presente la carga sea más rápida, también ha evolucionado la aparición de aparatos que ayudan a hacerlo.
De manera que la carga rápida ha hecho que aumenten tanto voltios como amperios, con cargas que llegan a alcanzar los 120W, e incluso los 240W, pero como mencionamos anteriormente, es importante consultar primero cuánta carga soporta el teléfono.
Los expertos han advertido que si nuestro aparato no tiene carga rápida, no sirve de nada conectarlo a un cargador de 15W o si tiene carga rápida de 15W y le enchufamos un cargador de 60W, seguirá cargando a 15W.
En el caso de los teléfonos inteligentes, estos pueden variar entre 18-65W, los tablets hasta 45W, las computadoras portátiles entre 65-100W y dispositivos más pequeños como los audífonos tienden a conformarse con la carga básica de 5W o 10W.
Adicionalmente, se debe tener en cuenta el protocolo de carga rápida, que es la que hace posible que el dispositivo se pueda cargar en menos tiempo.
En el caso de los smartphone o teléfonos inteligentes que utilizan los protocolos conocidos como La mayoría de los teléfonos inteligentes usan los conocidos como“Power Delivery” o “Quick Charger”.
Y aunque se utilice un protocolo de carga rápida diferente al que indica el dispositivo, el aparato cargará pero no a la velocidad máxima.
Una recomendación importante es que se deben utilizar cargadores que tengan certificaciones internacionales, ya que de esta manera se tendrá un mayor respaldo y la seguridad de que se están adquiriendo productos de calidad, efectivos y prácticos.
Carga inalámbrica
Muchas personas incluso utilizan la carga inalámbrica, pero es necesario tener en cuenta que puede resultar menos eficiente a nivel energético y algo más lento, debido a que la energía no se transmite directamente al teléfono, sino a las bobinas de carga, que son las que transforman la electricidad del enchufe en corriente alterna.
Puede entonces que resulten no tan eficientes, ya que una pequeña falla en la alineación del celular con el cargador puede hacer que no cargue correctamente.
En estos aparatos, también se debe tener presente la potencia máxima, que dependerá también del adaptador a que los conectemos, porque de nada sirve comprar una base de carga inalámbrica de 15W y conectarla a un adaptador de 5W.
Otra de las cosas que puede suceder es que si una base ofrece 15W y la persona conecta varios dispositivos, puede que la potencia se reparta de forma no uniforme, y que no todos los dispositivos carguen a 15W.