Los fanáticos de los videojuegos suelen destinar varias horas para desarrollar sus misiones y actividades ligadas a este mundo ficticio. Por esta razón, es prudente que tengan cuidados especiales con los equipos que utilizan.
En la actualidad, las consolas más populares son la Xbox y el PlayStation. En ambos casos, se requiere el uso de un control especial para poder jugar. En tal virtud, es clave usarlo con prudencia y darle un mantenimiento adecuado para evitar que se dañe prematuramente.
Al estar en contacto permanente con las manos del jugador, es el control el que recibe la interacción directa. De hecho, no es de extrañar que un movimiento demasiado fuerte pueda averiar alguno de sus componentes.
Teniendo en cuenta los controles son vitales para poder jugar ya sea en Xbox o en PlayStation —y que no son precisamente económicos—, vale la pena implementar acciones encaminadas a mantenerlos funcionales y sin ningún daño.
A continuación, algunos cuidados básicos para preservar los controles de las consolas en mención.
1. ¿Cómo limpiar el control?
- Frecuencia: Limpiar el mando al menos una vez a la semana.
- Paño: Usar un paño de microfibra suave y sin pelusas.
- Solución: Humedecer el paño con una mezcla de agua y alcohol isopropílico al 70 %. No usar limpiadores abrasivos ni soluciones a base de amoniaco.
- Botones y sticks: Para las zonas de difícil acceso, usar bastoncillos de algodón humedecidos con la misma solución.
- Secado: Dejar que el mando se seque completamente al aire antes de usarlo.
2. ¿Cómo y dónde guardar los controles?
- Lugar: Guardar el mando en un lugar fresco, seco y libre de polvo.
- Estuche: Usar un estuche o funda protectora para evitar golpes y rayones.
- Baterías: Si el mando usa baterías, retirarlas si no se va a usar durante un tiempo prolongado.
3. Modo de uso adecuado
- Evitar golpes y caídas: Tener cuidado al manipular el mando. No lo tirarlo ni golpearlo.
- No exponer los controles a temperaturas extremas: No dejar el mando al sol o cerca de fuentes de calor.
- No comer ni beber mientras se usa el mando: La grasa y los líquidos pueden dañarlo.
- No usar fuerza excesiva: No apretar los botones ni los sticks con demasiada fuerza.
- Actualizar el firmware: Asegurarse de tener la última versión del firmware del mando.
Consejos adicionales
- Evitar el contacto con la piel sudorosa: Si las manos sudan mucho, usar un paño o guantes para evitar que el sudor dañe el mando.
- Evitar el uso de cargadores no oficiales: Si el mando se carga con un cable USB, asegurarse de usar un cargador original o uno de buena calidad.
- Calibrar el mando regularmente: La calibración del mando puede mejorar la precisión de los sticks y botones.