La autoridad británica de la competencia inició el viernes una investigación formal contra los gigantes digitales Google y Amazon para determinar si infringieron las leyes de protección del consumidor al no actuar con suficiente determinación contra las falsas reseñas de comercios.
La Competition and Markets Authority (CMA) ya realizó una investigación informal durante más de un año que dio indicios de que estos dos grupos estadounidenses eran demasiado permisivos con esa práctica fraudulenta.
“Las reseñas de productos falsas o engañosas pueden repercutir en las calificaciones de una empresa o en cómo aparecen” ante los consumidores en los buscadores, advirtió la CMA.
El organismo señaló que “es importante que estas plataformas tecnológicas asuman su responsabilidad” y dijo estar preparado “para tomar medidas cuando creamos que no están haciendo lo suficiente”.
El regulador británico investiga también a Google por temor a que los cambios previstos en su navegador Chrome refuercen su dominio sobre la publicidad en línea.
“Para ayudar a ganar la confianza de los consumidores, dedicamos importantes recursos para evitar que aparezcan reseñas falsas o pagadas en nuestra tienda en línea”, aseguró, por otro lado, Amazon en un comunicado.
El gigante de la venta por internet afirmó estar cooperando con la CMA en sus investigaciones y señaló que no había acusaciones concretas de que su plataforma hubiera infringido la ley.
Por su parte Google, contactado por AFP, no respondió inmediatamente.
Los gigantes estadounidenses de internet como Facebook, Amazon y Google también se enfrentan a varias investigaciones por abuso de posición dominante, especialmente en Estados Unidos y Europa.
En EE. UU. aprueban regulación de grandes firmas tecnológicas
De otra parte, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó varios proyectos de ley destinados a acotar el poder de las grandes compañías tecnológicas, que deberán superar una dura lucha en el Congreso para ser aprobados.
En una sesión maratoniana que duró dos días, los miembros de ese comité aprobaron seis proyectos de ley que apuntan a las prácticas comerciales de Google, Apple, Amazon y Facebook.
El último de esos textos limita la capacidad de las plataformas tecnológicas para aprovechar su control en múltiples líneas de negocio, abriendo potencialmente la puerta a la disolución de algunas de las gigantescas empresas. Se aprobó por un estrecho margen de 21 a 20 votos.
Esa propuesta, denominada “Ley para poner fin a los monopolios de plataforma”, pretende “hacer frente a la injusticia fundamental de los conflictos de intereses cuando una plataforma posee múltiples líneas de negocio que le permiten utilizar su poder de guardián para favorecer sus propios servicios o perjudicar a sus rivales”, dijo la congresista Pramila Jayapal, autora del proyecto de ley.
El republicano Steve Chabot se opuso al proyecto, diciendo: “Como conservador a favor del libre mercado, creo que, a menos que las empresas tengan un comportamiento anticompetitivo claramente definido, no debemos interponernos en su camino: debemos dejar que crezcan y tengan éxito o fracasen por sí mismas”.
Más batallas por llegar
El representante republicano Darrell Issa señaló que la comisión estaba estudiando reformas “radicales” que merecerían semanas de audiencias y añadió: “Creo que muchos de estos proyectos de ley van a morir en el Senado si llegan a salir de la Cámara”.
Los textos aprobados por el Comité Judicial serán presentados al pleno de la Cámara de Representantes, donde se espera un polémico debate, con la férrea oposición del sector tecnológico y sus aliados. Cualquier proyecto de ley necesitaría la aprobación tanto de la Cámara como del Senado y la firma del presidente.
El resultado del paquete no está claro, ya que los legisladores de ambos bandos se desmarcan de su partido. Una de las medidas contempladas prohibiría a las plataformas en línea favorecer sus propios productos y servicios, una respuesta a las quejas de que las empresas tecnológicas dominantes discriminan y aplastan a sus rivales.
En una sesión marcada por numerosos intentos de enmendar o suavizar la legislación, el comité también aprobó un requisito de “interoperabilidad” para las plataformas, que facilitaría a los usuarios el cambio de servicio conservando sus datos, y otro proyecto de ley que prohíbe las adquisiciones de rivales por parte de las grandes empresas tecnológicas.
El presidente del Comité Judicial, Jerry Nadler, dijo que el paquete de proyectos de ley está dirigido a “un pequeño conjunto de plataformas en línea (que) se han convertido en guardianes de gran parte del mercado digital” y argumentó que “en muchos casos, las empresas y los consumidores ya no tienen alternativas significativas en línea”.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, les dijo a los periodistas que había hablado con el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, y que le había dicho que los legisladores seguirían adelante a pesar de los grupos de presión de Silicon Valley.
“Ha habido preocupación en ambos bandos políticos sobre la consolidación del poder de las empresas tecnológicas y esta legislación es un intento de abordar eso”, dijo Pelosi.
“Un bisturí”
La propuesta busca restringir el funcionamiento de las plataformas en línea y podría sentar las bases para una fragmentación al limitar su capacidad de ofrecer servicios en los mercados que gestionan.
El republicano Ken Buck, partidario de la propuesta, dijo que la legislación “representa un bisturí, no una motosierra, para tratar los aspectos más importantes de la reforma antimonopolio”, al enfrentarse a “estos monopolistas (que) utilizan habitualmente su poder de guardianes para aplastar a los competidores, dañar la innovación y destruir el libre mercado”.
Empresas tecnológicas y otras advirtieron de las consecuencias negativas para servicios populares de los que la gente depende, ya que la iniciativa legal podría obligar a Apple a retirar sus aplicaciones de mensajería del iPhone o a Google a dejar de mostrar los resultados de YouTube o Mapas.
Apple publicó un informe en el que argumentaba que una de las posibles consecuencias -la apertura del iPhone a aplicaciones de plataformas externas- podría crear riesgos de seguridad y privacidad para los usuarios.
Con información AFP