Para responder a la contingencia hospitalaria producida por la covid-19, llega al país un ventilador invasivo, indispensable en las unidades de cuidados intensivos, con sensores de alta precisión, bajo costo y estándares de alta tecnología; para someterlo a pruebas técnicas en Colombia y tramitar su licencia ante el Invima. El ventilador conocido con el nombre de Resilientbreath, que al traducirlo significaría respiración resistente; fue diseñado simultáneamente en San Francisco, California, por Marco Mascorro en colaboración con Karlo Valentín en México y Víctor Gómez en Colombia, emprendedores expertos en inteligencia artificial, deep learning, telemática y robótica. El primer prototipo se ensambló en Silicon Valley, California, USA, dada la facilidad para conseguir los componentes, desarrollados a partir de la electrónica de Raspberry PI y Arduino. Tendrá en el mercado nacional un costo de entre US$ 2.000 y US$ 3.000.
La Universidad Javeriana realizará las pruebas científicas del ventilador invasivo, los Andes diseñará las interfaces, los manuales y todo lo relacionado con la carcasa que recubre la electrónica y Audifarma financió el primer prototipo para Colombia. “Quisimos hacerlo de esta manera para demostrar la escalabilidad del proyecto en economías emergentes; que son las que adolecen de este tipo de soluciones”, aseguró Claudia Aparicio, vocera del proyecto de emprendimiento. Su tecnología de alto nivel protege a los profesionales de la salud del riesgo de contagio, por su sistema que evita la aerolización de las partículas y otro de rayos UV light; que busca esterilizar y filtrar el aire exhalado.
Está diseñado con código abierto para fomentar la colaboración y posterior producción entre la mayor cantidad de organizaciones e instituciones, con una rigurosa auditoría y monitoreo por parte de sus creadores. “Esta es una gran posibilidad para el sistema de salud en Colombia y de otros países, puede genere una solución de larga duración. Esto nos motivó a apoyar este emprendimiento; porque migra las ventajas y acceso a la tecnología al área de la salud”, concluyó, Carolina Posada Molina, gerente de la Fundación Frisby