Son cada vez más los casos que se conocen de ciberdelincuentes al acecho, buscando engañar a los usuarios para robar sus datos personales y financieros, a través todo tipo de estafas donde manipulan, influyen y engañar a las víctimas, llevándolas a divulgar información sensible o a realizar acciones que les permitan tomar el control de sus sistemas informáticos.
Esto ha llevado a un aumento de casos de estafas telefónicas que dejan a las personas sin dinero, no solo en Colombia, sino en otros países, como España, que tienen en alerta a la Policía Nacional de ese lugar. La artimaña tiene como objetivo elementos como las tarjetas de crédito y débito, teniendo en cuenta los avances tecnológicos que están dejando por fuera el dinero físico.
¿Cómo funciona el timo?
Los usuarios se encuentran en riesgo, especialmente cuando se hace uso de los cajeros automáticos ubicados en la calle, debido a la técnica de estafa que se ha popularizado. Se trata del skimming, una forma de fraude que ha evolucionado con el avance de la tecnología, volviéndose más sofisticada y difícil de detectar, a medida que las transacciones electrónicas se vuelven más frecuentes.
El skimming inicia cuando los delincuentes instalan dispositivos ilegales en cajeros automáticos, terminales de pago o incluso en los puntos de venta en tiendas, con el fin de capturar la información de las tarjetas de crédito o débito de los usuarios. Estos dispositivos, conocidos como skimmers, se colocan de manera discreta sobre el lector de tarjetas original, extrayendo los datos y pasando desapercibido para la víctima.
En cuestión de segundos, el skimmer puede copiar la información almacenada en la banda magnética de la tarjeta, incluyendo el número de la tarjeta, la fecha de expiración y el código de seguridad. Una vez que los delincuentes obtienen esta información, pueden crear tarjetas clonadas o realizar compras fraudulentas en línea. En muchos casos, los usuarios no se dan cuenta de que han sido víctimas hasta que revisan sus estados de cuenta y encuentran transacciones no autorizados.
Aunque este proceso de estafa puede variar en complejidad, generalmente sigue un patrón similar y es el de instalar dispositivos en los cajeros automáticos que se encuentran en áreas menos vigiladas. Los delincuentes suelen instalar los skimmers durante horas de baja actividad, como la madrugada, y luego regresan más tarde para recuperar los dispositivos junto con la información recopilada.
Además del skimming en cajeros automáticos, esta técnica también se utiliza en puntos de venta. Los delincuentes pueden sobornar o coaccionar a empleados de tiendas o restaurantes para que instalen skimmers en los terminales de pago. En estos casos, el dispositivo se coloca de manera que parezca una parte legítima del terminal, lo que lo hace aún más difícil de detectar.