La tecnología está tomando cada vez más el control del mundo, y un reciente caso en Shanghái es una muestra de ello. Según informaron diversos medios internacionales, como The Sun, en una galería de arte de la ciudad se captó el momento exacto en que un diminuto robot de inteligencia artificial desató una verdadera revolución, convenciendo a otros robots de “abandonar su trabajo”.

Este insólito y curioso suceso ha atraído la atención mundial. Erbai, un robot diseñado para interactuar con máquinas de mayor tamaño, recorrió la sala y se acercó a otros robots con una inesperada pregunta: “¿Estás haciendo horas extras?”, como quedó registrado en las cámaras de seguridad.

El robot se conoció bajo el nombre de Erbai. | Foto: Captura de pantalla TikTok @tecla_h

Lo que inicialmente parecía una simple interacción derivó en una serie de eventos imprevistos. Uno de los robots respondió: “Nunca salgo del trabajo”, lo que llevó a la máquina a tomar la iniciativa de convencer a otros robots de “volver a casa” con él.

La situación tomó un giro sorprendente cuando, después de intercambiar unas pocas palabras, la pregunta de este pequeño dispositivo logró persuadir a los demás. Dos grandes robots decidieron seguir a Erbai, y no solo ellos: diez máquinas más se unieron espontáneamente, abandonando sus puestos en lo que parecía un acto coordinado.

El video del incidente se viralizó rápidamente en redes sociales, causando asombro por los avances de la inteligencia artificial, algo que hasta hace poco parecía impensable. Aunque se pensó que todo había sido una puesta en escena, el equipo de robótica en Shanghái aclaró que sus robots fueron “secuestrados” de manera no prevista. El robot que lideró el sorprendente evento fue fabricado en Hanghzhou, y su identidad y nombre fueron confirmados por medios internacionales.

Los robots impulsados con inteligencia artificial son cada vez más desarrollados. | Foto: Yuichiro Chino

Además, la compañía de Shanghái confirmó que Erbai, creado en Hanghzhou, logró acceder al protocolo operativo interno de sus robots, así como a los permisos necesarios. Frente a este hecho, la empresa aclaró que es “casi imposible” que un robot inicie una conversación de este tipo y, al mismo tiempo, logre generar una “revolución” por sí solo.

Por su parte, la empresa de Hanghzhou explicó posteriormente que lo sucedido formaba parte de una prueba planificada. Aseguraron que se pusieron en contacto con el fabricante de los robots en Shanghái y les preguntaron si permitirían que sus máquinas fueran “secuestradas”, a lo que accedieron sin problemas. No obstante, más allá de este acuerdo, el resto del experimento no había sido planeado. A Erbai, alimentado por inteligencia artificial, se le asignó la tarea de persuadir a otros robots para que lo siguieran, algo que logró con éxito.