A menudo, los delincuentes se reinventan con nuevas modalidades de estafa para vaciar las cuentas bancarias de los usuarios. Diariamente, se registran denuncias de miles de víctimas que han caído en manos de criminales.
No es un secreto que, en la actualidad, la tecnología es la herramienta principal que utilizan, pues a través de las redes sociales y diversas plataformas digitales, obtienen datos personales y financieros para cometer actos delictivos.
Algunas de estas modalidades son el phishing, que se refiere a la suplantación de identidad, y el malware, un tipo de programa malicioso que se instala en un dispositivo para realizar acciones dañinas contra el sistema informático de forma intencionada y sin el conocimiento del usuario.
Por medio de diferentes técnicas de ingeniería social logran cumplir su objetivo. Sin embargo, ha surgido una nueva modalidad de estafa que pocos usuarios reconocen y que puede causarles graves perjuicios.
¿Qué es ‘dumpster diving’ y cómo funciona?
Tal y como lo reseña el portal Computer Hoy, este término se refiere a la recolección de basura urbana con el objetivo de encontrar información confidencial que puede ser utilizada para atacar una red informática. Esta modalidad se centra en obtener datos sobre un usuario para hacerse pasar por él y acceder a sus perfiles en internet, todo con el fin de estafar, hackear o actuar de manera ilegal en su contra.
La idea de los ciberdelincuentes es conseguir información valiosa para la persona, como contraseñas, códigos de acceso, números de teléfono, correos electrónicos, direcciones domiciliarias, números de tarjetas de crédito y cuentas bancarias. Es importante tener en cuenta que este ataque no solo sucede contra personas, sino contra organizaciones que albergan una amplia cantidad de información importante.
Pero ¿cómo funciona? Una persona puede ser víctima de esta modalidad principalmente por no proteger sus datos personales después de hacer una compra en línea. Por lo general, cuando se hace un pedido de algún servicio on line, se requiere una serie de datos privados para poder realizar la facturación y la entrega correcta al destinatario. Estos datos incluyen el nombre completo, la dirección, el correo electrónico, el número de contacto e incluso el documento de identidad.
Una vez el paquete es recibido, muchas personas simplemente botan la caja con la pegatina que contiene los datos personales de entrega. Esto, evidentemente, abre la puerta para que los ciberdelincuentes hagan de las suyas.
Los ciberdelincuentes no dudarán ni un minuto en empezar con el timo. Una vez recogen toda la información que necesitan, comienzan a perpetrar el hackeo de las cuentas bancarias o a suplantar la identidad de la persona para vaciar las cuentas bancarias sin que esta se percate en un principio.
Para evitar este tipo de delitos informáticos, lo mejor que puede hacer es revisar los paquetes que le llegan, verificar si tienen facturas o etiquetas con información personal y, de ser así, destruirlas para no poner en riesgo ni su seguridad digital ni la de la empresa.