Desde tiempos inmemoriales, la inteligencia ha sido una virtud que el ser humano ha perseguido. En ese sentido, la capacidad de almacenar conocimiento y crear a partir del mismo configura una cualidad envidiable, esto no cobija por completo dicho concepto.
Por lo general, la inteligencia es asociada con algunos elementos puntuales, como el desempeño académico o las habilidades en matemáticas o ciencias. No obstante, existe un amplio espectro de características que también pueden definir a una persona inteligente.
Diferenciar a una persona inteligente de otra que tal vez no lo es resulta bastante complejo. Y es que la inteligencia es una virtud que se cultiva diariamente y, además, está dentro del ser humano, de manera que no es claro si hay conductas o rasgos a partir de los cuales se pueda asegurar si una persona es inteligente o no.
Precisamente, para hablar de este tema vale la pena remitirse a una herramienta que ha cobrado gran validez en la época moderna. La inteligencia artificial (IA) sigue evolucionando a pasos agigantados, por lo que cada vez resultan más exactas sus definiciones y análisis.
Respecto a aquellos rasgos que podría tener una persona poco inteligente, la IA Gemini precisó que la inteligencia “es un concepto complejo y multifacético”. En consecuencia, “no existe una definición única y universalmente aceptada de lo que significa ser ‘poco inteligente’”.
A su vez, anota que etiquetar a las personas como “poco inteligentes” puede ser dañino y discriminatorio. Por esta razón, destaca que es importante evitar hacer generalizaciones y tratar a cada individuo con respeto.
Dicho esto, la IA recoge algunas características que se asocian comúnmente con la baja inteligencia (según estudios psicológicos y la opinión de expertos):
Actitudes y comportamientos
- Falta de curiosidad intelectual: poco interés en aprender cosas nuevas, ampliar sus conocimientos o explorar ideas complejas.
- Mente cerrada: incapacidad o renuencia a considerar perspectivas diferentes o puntos de vista alternativos.
- Rigidez mental: dificultad para adaptarse a nuevas situaciones o cambiar de opinión frente a la evidencia.
- Pensamiento simplista: tendencia a simplificar en exceso problemas complejos o reducirlos a soluciones dicotómicas.
- Impulsividad: dificultad para controlar las emociones o pensar antes de actuar.
- Falta de empatía: incapacidad de comprender o compartir los sentimientos de los demás.
- Egocentrismo: exceso de atención en uno mismo y sus propias necesidades, sin considerar a los demás.
- Dificultad para aprender: retraso en el desarrollo de habilidades cognitivas o problemas para comprender conceptos abstractos.
- Bajo rendimiento académico: dificultades persistentes en la escuela o en entornos de aprendizaje formal.
La IA Gemini también indica que es importante recordar los siguientes puntos:
- Estas características no son absolutas y pueden presentarse en diferentes grados en cada persona.
- La inteligencia también se manifiesta de diversas formas, por lo que una persona puede tener debilidades en algunas áreas, pero destacar en otras.
- Existen muchos factores que pueden influir en la inteligencia, como la genética, el entorno socioeconómico, la educación y la salud.
- La inteligencia no es un rasgo fijo e inmutable, y puede desarrollarse y potenciarse a lo largo de la vida.