Hoy, una de las actividades que más realizan las personas con sus dispositivos móviles es compartir momentos personales a través de redes sociales. Ya sea un selfi, una foto de un viaje o un logro reciente, muchos usuarios publican contenido constantemente.
Sin embargo, entre estas publicaciones surge un comportamiento preocupante que podría traer consecuencias graves. Se trata del hecho de mostrar imágenes de algún documento que pueda identificar al usuario o, en su defecto, enviarlas por aplicaciones de mensajería.
Expertos alertan que este acto, aparentemente inofensivo, puede abrir la puerta a delitos como suplantación de identidad, fraudes bancarios o estafas en línea.

El valor de documentos como la cédula, el pasaporte o la licencia de conducción no radica solo en su función oficial, sino en la cantidad de datos sensibles que contienen. Nombres completos, fechas de nacimiento, firmas y números únicos son piezas valiosas para los delincuentes informáticos.
Al quedar expuestos en internet, estos datos pueden ser recopilados, manipulados o utilizados sin autorización, generando graves consecuencias legales y financieras para la víctima.
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En el mundo del cibercrimen, los documentos de identidad son considerados auténticos tesoros. En espacios como la dark web, donde se comercializan datos robados, una simple fotografía de una cédula, pasaporte o licencia puede alcanzar altos precios, especialmente si va acompañada de otros datos como dirección de residencia, correos electrónicos o números de contacto.
Una vez que los delincuentes tienen acceso a estos datos, las posibilidades de mal uso son numerosas. Pueden abrir cuentas bancarias, solicitar créditos o préstamos, registrarse en plataformas digitales e incluso involucrar a la víctima en actividades ilegales sin que esta lo sepa. Muchas personas solo descubren que han sido víctimas de suplantación cuando comienzan a recibir notificaciones de deudas desconocidas o descubren que están reportadas negativamente en centrales de riesgo.
Aunque algunas de las aplicaciones de mensajería ofrecen cifrado, esto no garantiza total seguridad si el dispositivo del destinatario es vulnerable o si las imágenes quedan almacenadas en la nube sin protección adecuada.
Además, estas fotos pueden ser reutilizadas o manipuladas por terceros, especialmente si el archivo cae en manos equivocadas debido a descuidos.
Además, las consecuencias económicas pueden ser devastadoras. Un informe de Kaspersky reveló que una décima parte de los jugadores (12 % o un aproximado de 179 millones en todo el mundo) ha sido víctima del robo de identidad, perdiendo sumas significativas de dinero o con graves afectaciones en su historial crediticio.
Para evitar caer en este tipo de vulnerabilidades, los expertos recomiendan no compartir imágenes de documentos oficiales bajo ninguna circunstancia en redes sociales ni plataformas de mensajería. Si se requiere enviar una copia del documento por motivos oficiales —como trámites bancarios o laborales— se debe hacer a través de canales cifrados y verificados, y preferiblemente añadir marcas de agua que limiten su reutilización.