La compañía planeaba probar el modelo SN11 del cohete Starship en la tarde de este lunes, pero el inspector de la Administración Federal de Aviación no pudo llegar a tiempo a la Starbase para el lanzamiento.
SpaceX espera que este modelo tenga un vuelo completamente exitoso, luego de que los SN8 y SN9 probados en diciembre de 2020 y febrero de este año, tuvieran problemas durante el vuelo y explotaran. Además, el SN10, que tuvo un vuelo de calidad, explotó minutos después de aterrizar.
SN11 es el undécimo prototipo de Starship, que SpaceX espera algún día pueda volar a la Luna, Marte y más allá. Será el cuarto en realizar un vuelo de prueba, ascendiendo a una altitud de 10 kilómetros antes de regresar a la Tierra para un aterrizaje vertical suave.
A pesar de las fallas anteriores, los analistas dicen que SpaceX está recopilando datos valiosos que lo ayudarán a acelerar su desarrollo.
Eventualmente, SpaceX planea combinar la nave espacial Starship con un cohete Super Heavy, creando un sistema completamente reutilizable. Esta versión final tendrá 120 metros de altura y podrá transportar 100 toneladas métricas a la órbita terrestre, el vehículo de lanzamiento más poderoso jamás desarrollado.
Las pruebas del SN11 se harían “no antes del martes” según dijo Musk a través de sus redes sociales, generando mayor expectativa sobre este lanzamiento de prueba, aún cuando la compañía aún no ha liberado ningún enlace para hacer seguimiento al vuelo vía internet.
¿Qué sucedió con los anteriores prototipos?
El Straship SN10 aterrizó con éxito y, pese a que la compañía SpaceX terminó la transmisión antes de la explosión, las demás transmisiones en vivo que se estaban realizando, incluida la de la Nasa, registraron el momento de la explosión.
Las explicaciones de la compañía indicaron que los sistemas de propulsión que debían reducir la velocidad de aterrizaje no funcionaron en un 100 %, razón por la que al tocar la tierra, el cohete sufrió daños que causaron una explosión. Además, el mecanismo de refrigeración de los componentes también tuvo fallas, según indicó en los últimos días Musk en Twitter.
Sin embargo, aun con la explosión, para los equipos de desarrollo y prueba esta es una buena noticia en los prototipos de cohetes, pues los dos modelos anteriores no habían logrado un aterrizaje exitoso, como pudo lograrse con el SN10, que tocó tierra tras varios minutos de caída libre y control en la velocidad de aterrizaje a través de los propulsores.
El 2 de febrero el equipo de SpaceX intentó realizar algunas pruebas de vuelo a gran altitud con la nave número de serie 9 (SN9). Se trataba de la segunda prueba de vuelo suborbital de un prototipo de nave espacial de la empresa aeroespacial, que se llevó a cabo en el condado de Cameron (Texas), Estados Unidos.
“SN9 fue impulsado a través del ascenso por tres motores Raptor, cada uno de los cuales se apagará en secuencia antes de que el vehículo alcance el apogeo, aproximadamente a 10 km de altitud. SN9 realizará una transición de propulsor a los tanques de cabecera internos, que contienen propulsor de aterrizaje, antes de reorientarse para la reentrada y un descenso aerodinámico controlado”, había informado la compañía a través de su sitio web.
El 12 de diciembre de 2020, a través de un video publicado por Space X, se dieron a conocer las imágenes en las cuales se evidencia que el prototipo del cohete Starship, un aparato de prueba no tripulado para ir a Marte, alcanzó su mayor altitud (12 km). Sin embargo, en su retorno a la Tierra, la nave explotó al aterrizar en Texas, EE. UU.
Este era el más reciente prototipo de nave espacial número de serie 8, o SN8, que tuvo un vuelo hasta unos 40.000 pies de altitud. Fue una prueba sin problemas en las instalaciones de SpaceX en Boca Chica, en la costa del golfo de México, a unas 20 millas al este de la ciudad de Brownsville, en Texas. El cohete, al parecer, completó varios de los objetivos de desarrollo trazados, entre ellos la prueba de su aerodinámica y un giro para prepararse para el aterrizaje.
*Con información de la AFP.