La Unión Europea (UE) y Google buscan definir normas voluntarias sobre Inteligencia Artificial (AI) antes de la entrada en vigor de una legislación específica, afirmó este miércoles (24 de mayo) el comisario europeo de Industria, Thierry Breton.
“Acordamos que no podemos darnos el lujo de esperar a que la ley de AI entre en vigor, y trabajar junto con todos los desarrolladores para introducir un pacto voluntario”, dijo Breton a AFP después de conversar con el director general de Google, Sundar Pichai.
La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, propuso una legislación sobre IA en 2021, aunque desde entonces el tema se tornó una materia urgente.
El Parlamento Europeo deberá respaldar el proyecto de ley el próximo mes, abriendo de esa forma una fase de difíciles negociaciones con los 27 estados miembros de la UE para definir una versión final.
Breton dijo que incluso si la UE adoptara esa legislación a finales de este año, comenzaría a aplicarse “como muy pronto a finales de 2025″.
El texto del Parlamento Europeo incluye la prohibición de sistemas de AI de vigilancia biométrica, reconocimiento de emociones y vigilancia predictiva.
También busca colocar los sistemas de AI generativa —como ChatGPT y Midjourney— en una categoría que requiere medidas especiales de transparencia.
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, dijo el martes que funcionarios de Estados Unidos y la UE discutirán el tema en la reunión del Consejo de Comercio y Tecnología (TTC) bilateral, que se reunirá la semana próxima en Suecia.
Sindicatos europeos piden mayor control a las inteligencias artificiales
Ningún trabajador debería estar “sometido a la voluntad de una máquina”, advirtió la jefa de los sindicatos europeos Esther Lynch, instando a la Unión Europea (UE) a “garantizar un principio de control humano” para las crecientes tecnologías de inteligencia artificial (IA).
“De la misma manera que los tratados europeos garantizan la salud o la seguridad en el trabajo, debemos garantizar un principio de control humano de la máquina”, explicó la irlandesa en una entrevista para la AFP.
“Debemos tener la garantía de que ningún trabajador será sometido a la voluntad de una máquina”, un escenario que definió como “distópico”.
La secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), de 60 años, preside el congreso de la organización, que tiene lugar del martes al viernes en Berlín y reúne cada cuatro años a los representantes de sindicatos de unos cuarenta países.
Redistribuir
La llegada del programa ChatGPT a finales del año pasado presagia los cambios que provocará la IA en muchas profesiones.
Algunos se emocionan ante la posible desaparición de las tareas repetitivas, mientras otros se preocupan por la deshumanización de la toma de decisiones y las consecuencias para la privacidad de los datos.
Lynch instó a la UE a “conversar” con los sindicatos para regular estas herramientas.
La UE debate actualmente un texto legislativo para regular ciertos usos de la IA, y prohibir otros como la “vigilancia generalizada de una población”.
Lynch también instó a “asegurar que se crearán empleos de calidad donde otros sean destruidos” y a repartir la riqueza generada por la IA.
“Las empresas más importantes en Europa vieron un aumento de sus dividendos mucho mayor que el de los sueldos el año pasado”, afirmó la sindicalista.
La organización critica las consecuencias para los trabajadores de la política monetaria restrictiva del BCE para combatir la inflación.
“La solución es aplicar impuestos a los dividendos y redistribuir la riqueza”.
“Intimidar”
Lynch, segunda mujer en liderar la CES, fue nombrada secretaria general el pasado diciembre, tras integrar la organización en 2015. Obtuvo su primer mandato sindical en los años 1980 en Irlanda.
Actualmente comparte la dirección de los sindicatos europeos con el presidente de la CES, el líder del sindicato francés CFDT Laurent Berger, cuyas funciones son menos operativas.
Sus primeros meses de mandato estuvieron marcados por su expulsión de Túnez tras participar en una manifestación organizada por el sindicato UGTT, acusada de hacer comentarios que constituían una “flagrante injerencia sobre los asuntos internos de Túnez”.
“Hice un discurso moderado, respetuoso, para apoyar a los sindicatos locales”, argumentó Lynch, explicando cómo las fuerzas del orden fueron a su hotel después de ser intimidada por el gobierno para que abandonara el país en 24H. “Mentiría si dijera que no tuve miedo”.
“Podría sentarme aquí y llorar al recordarlo. El objetivo es dar miedo, intimidar y hacer callar”, denunció. “Es lo que viven tantas personas que ejercen su derecho fundamental a pertenecer a un sindicato”.
Con información de AFP.