Imágenes del telescopio espacial Hubble tomadas durante décadas demuestran que el remanente de una supernova registrada hace unos 20.000 años está acelerando a velocidades vertiginosas.
La nebulosa, llamada el Bucle de Cygnus, tiene una forma parecida a una burbuja de unos 120 años luz de diámetro. La distancia a su centro es de aproximadamente 2.600 años luz. Toda la nebulosa tiene un ancho de seis lunas llenas como se ve en el cielo.
Los astrónomos utilizaron el Hubble para acercarse a una porción muy pequeña del borde de ataque de esta burbuja de supernova en expansión, donde la onda expansiva de la supernova choca contra el material circundante en el espacio. Las imágenes del Hubble tomadas entre 2001 y 2020 demuestran claramente cómo el frente de choque del remanente se ha expandido con el tiempo, y utilizaron imágenes nítidas para medir su velocidad.
Al analizar la ubicación del choque, los astrónomos descubrieron que no se ha desacelerado en absoluto en los últimos 20 años y se está acelerando hacia el espacio interestelar a más de 800.000 kilómetros por hora, lo suficientemente rápido como para viajar de la Tierra a la Luna en menos más de media hora.
Si bien esto parece increíblemente rápido, en realidad es lento para la velocidad de una onda de choque de supernova. Los investigadores pudieron montar una “película” a partir de imágenes del Hubble para observar de cerca cómo la destrozada estrella se estrella contra el espacio interestelar.
“El Hubble es la única forma en que podemos observar lo que sucede en el borde de la burbuja con tanta claridad”, dijo en un comunicado Ravi Sankrit, astrónomo del Instituto Científico del Telescopio Espacial en Baltimore, Maryland.
“Las imágenes del Hubble son espectaculares cuando se miran en detalle. Nos informan sobre las diferencias de densidad que encuentran los choques de supernova a medida que se propagan a través del espacio, y la turbulencia en las regiones detrás de estos choques”, señaló.
Una mirada muy cercana a una sección de casi dos años luz de los filamentos de hidrógeno incandescente muestra que, vista desde un lado, parecen una sábana arrugada.
“Se ven ondas en la lámina que se ve de canto, por lo que parecen cintas de luz retorcidas”, dijo William Blair de la Universidad Johns Hopkins, Baltimore, Maryland.
“Esas oscilaciones surgen cuando la onda de choque encuentra material más o menos denso en el medio interestelar”, explicó. La película a intervalos de casi dos décadas, muestra los filamentos moviéndose contra las estrellas de fondo pero manteniendo su forma.
“Cuando apuntamos el Hubble al Bucle de Cygnus supimos que se trataba del borde de ataque de un frente de choque que queríamos estudiar. Cuando obtuvimos la imagen inicial y vimos esta increíble y delicada cinta de luz, bueno, eso fue una ventaja. “No sabíamos que iba a resolver ese tipo de estructura”, dijo Blair.
Blair explicó que el choque se mueve hacia afuera desde el lugar de la explosión y luego comienza a encontrar el medio interestelar, las tenues regiones de gas y polvo en el espacio interestelar. Esta es una fase muy transitoria en la expansión de la burbuja de supernova donde el hidrógeno neutro invisible se calienta a 1 millón de grados Celsius o más por el paso de la onda de choque.
Luego, el gas comienza a brillar a medida que los electrones se excitan a estados de mayor energía y emiten fotones a medida que regresan en cascada a estados de baja energía. Más atrás del frente de choque, los átomos de oxígeno ionizados comienzan a enfriarse, emitiendo un brillo característico que se muestra en azul.
El Bucle de Cygnus fue descubierto en 1784 por William Herschel, utilizando un sencillo telescopio reflector de 18 pulgadas.
*Con información de Europa Press