Los mosquitos, más allá de ser una molestia, son transmisores de enfermedades peligrosas. Por ello, científicos y expertos han identificado métodos efectivos para repelerlos y prevenir su reproducción.

Este artículo reúne recomendaciones basadas en estudios recientes y declaraciones de investigadores destacados, ofreciendo un enfoque práctico para protegerse de estos insectos.

El poder del DEET: la herramienta más eficaz contra los mosquitos

El DEET (N-dietil-meta-toluamida) sigue siendo el repelente más recomendado por los expertos. Dina Fonseca, ecóloga molecular de la Universidad de Rutgers, menciona a National Geographic que este compuesto químico es el “estándar de oro” en repelentes. El DEET bloquea los receptores de olor de los mosquitos, dejándolos incapaces de identificar a los humanos como objetivo.

El DEET es considerado el estándar de oro por los expertos, ya que ofrece protección duradera contra mosquitos y otros insectos. | Foto: Getty Images
  • Duración de la protección: La efectividad del DEET depende de su concentración en el producto. Un repelente con una mayor proporción de DEET protegerá por más tiempo. Es esencial revisar la etiqueta antes de comprar y seguir las instrucciones para aplicar el producto de manera segura.
  • Beneficios adicionales: El DEET no solo repele mosquitos, sino también otros insectos como garrapatas, pulgas y sanguijuelas, lo que lo convierte en una opción versátil para actividades al aire libre.

El color de la ropa también importa

Un aspecto menos conocido, pero igualmente importante, es el impacto de los colores de la ropa en la atracción de mosquitos. Investigadores de la Universidad de Washington han descubierto que ciertos tonos, como el rojo, el naranja, el negro y el cian, son especialmente atractivos para estos insectos.

Reffrey Riffell, profesor de biología en la Universidad de Washington, señala que los mosquitos se sienten atraídos por la luz y el calor que reflejan ciertos colores, por lo que elegir adecuadamente puede marcar la diferencia, especialmente en zonas con alta población de estos insectos.

Control ambiental: eliminar los criaderos de mosquitos

Evitar que los mosquitos se reproduzcan cerca del hogar es fundamental. Silvie Huijben, profesora asociada de la Universidad Estatal de Arizona, destaca que cualquier acumulación de agua estancada puede convertirse en un criadero de mosquitos. Esto incluye desde bandejas de macetas hasta neumáticos desechados o piscinas infantiles.

Estudios han demostrado que los mosquitos se sienten atraídos por ciertos colores de ropa. Evitar los tonos oscuros y cálidos podría ayudar a reducir la cantidad de picaduras.

Acciones preventivas

  • Vaciar regularmente recipientes como cubos o bandejas de macetas.
  • Mantener limpias y cubiertas las piscinas y fuentes de agua.
  • Eliminar neumáticos viejos y juguetes que puedan acumular agua.

Incluso lugares inesperados, como tazas de váter desechadas, pueden convertirse en focos de reproducción. Mantener un entorno limpio y seco es clave para reducir la población de mosquitos.

Qué tener en cuenta para protegerse de los mosquitos

Si se planea un viaje a destinos donde los mosquitos son comunes, es esencial tomar medidas adicionales para evitar picaduras.

  • Uso de repelentes: Es recomendable llevar un repelente que contenga DEET o icaridina. Debe aplicarse el producto en todas las áreas expuestas del cuerpo, siguiendo las indicaciones de uso.
  • Elección de ropa adecuada: Optar por ropa de colores claros y evitar los tonos cálidos. Además, si se va a estar en áreas con alta presencia de mosquitos, se debe considerar el uso de prendas de manga larga y pantalones largos.
  • Cuidado con el agua estancada: Antes de viajar, se recomienda investigar las condiciones locales y asegurarse de que no haya áreas con agua estancada cerca del alojamiento. Si es posible, debe evitarse actividades al aire libre en áreas con acumulación de agua.
  • Protección por la noche: Usar mosquiteros tratados con insecticidas o instalar dispositivos de protección en la habitación si se va a estar en zonas tropicales o subtropicales.