El celular se convirtió en una herramienta de uso diario que permite entablar comunicaciones con los demás, pero también es un dispositivo que entretiene e informa. Estos aparatos son múltiples y en el mercado se pueden encontrar de diferentes tipos, los cuales se ajustan a un valor relacionado con sus características técnicas, como lo son el almacenamiento, la cámara, el sistema operativo, entre otros.
En la mayoría de casos, los consumidores tecnológicos comparten la misma demanda a la hora de tener un teléfono inteligente: la duración de la batería.
Actualmente existen celulares que pueden durar varios días prendidos. Teniendo en cuenta recopilaciones de Computer Hoy, “estos móviles tienen baterías de gran capacidad, con una media de 6.000 mAh, que es más de lo que normalmente suelen tener los móviles (unos 4.000 mAh)”.
Sin embargo, lo anterior no quiere decir que la batería sea “interminable”, por lo que nadie está exento a que, de un momento para otro, su celular “muera”. En ese sentido, se debe proseguir a cargar el aparato móvil, aunque muchos caen en la trampa de hacerlo mediante acciones que pasan a ser hábitos por su permanencia y dañan al teléfono inteligente.
El celular necesita corriente eléctrica, no obstante, hay modos de recargarlo que se deben evitar, puesto que estas prácticas son las que más rápido deterioran la vida útil del aparato.
Los hábitos dañinos
La batería de los teléfonos celulares son parte del “cerebro” que permite su funcionalidad, entonces cuando esta no se encuentra en buen estado, la calidad de la herramienta empieza a disminuir.
Los creadores de reconocidos celulares de marcas como Samsung o Motorola dicen que, debido a las decenas de aplicaciones que un usuario utiliza al tiempo, la batería desciende. Sumado a esto, existen casos en los que se recalientan porque algunas apps sobreexponen la capacidad del celular.
Para que la batería se mantenga estable, hay hábitos que deben empezar a cambiar, por más emergentes que sean, como:
1. Cargadores económicos
Perder o no tener un cargador a la mano implica buscar una solución rápida y económica. Los cargadores genéricos son de alta demanda, pese a que la batería es la más afectada con el uso de los mismos.
El sitio web ProAndroid consigna que lo primero que se debe aclarar es que “no pasa nada por cargar un móvil con un cargador de otra marca”, pero cuando se adquieren cargadores que no son originales, la calidad es un factor que entra a generar debate.
Entonces, ”la mayoría de usuarios compra el más económico, resultando algunas veces en una pieza de hardware nefasta y de una calidad ínfima”, lo que conduce al detrimento de la batería. De hecho, puede pasar que la conexión por USB se dañe y rompa el conector del dispositivo.
2. Cargarlo toda la noche
Este hábito es de los más comunes a la hora de otorgarle energía al celular, ya que pasa que las personas van a la cama y dejan conectado el dispositivo horas; sin embargo, tal acción es dañina para la “salud” del aparato tecnológico.
De acuerdo con los conocedores del tema, no hay que dejar siempre que la batería llegue al máximo umbral del 100 % de carga, sino que se debe desconectar. Esto porque de tanta energía que recibe el celular se recalienta e incluso puede generar accidentes.
3. Ciclo de carga del 100 %
Los ciclos de carga se cuentan cada vez que la batería está en el 100 %. El blog xatakandroid señala que cada teléfono inteligente tiene su número de ciclos predeterminados, pero cuando se sobrepasan la batería puede llegar a ser “obsoleta”.
En esa línea, los expertos recomiendan: “No dejar que el móvil baje de 20 % y cargarlo solo hasta el 80 %”, ya que “ayuda a ralentizar el consumo de ciclos de carga, teniendo que realizar varias cargas para que se consuma uno entero”.