La curiosidad humana sobre los momentos finales de la vida y la experiencia cercana a la muerte ha sido un tema recurrente en diversos ámbitos, desde la ciencia hasta lo místico. Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha relatado diversas experiencias tras enfrentarse a situaciones límite. La sensación de flotar fuera del cuerpo, la visión de una luz al final de un túnel o incluso un aparente “desprendimiento” de la realidad son solo algunos ejemplos de estas vivencias.
Sin embargo, un grupo de científicos ha arrojado luz sobre lo que ocurre realmente en el cerebro en esos momentos, cuestionando la visión mística y proponiendo una explicación desde el ámbito neurológico.
Experiencias fuera del cuerpo: Entre lo místico y la ciencia
Durante décadas, las experiencias cercanas a la muerte han sido interpretadas como fenómenos sobrenaturales o espirituales. Personas de todo el mundo han narrado situaciones en las que, tras encontrarse al borde de la muerte, se sintieron flotando fuera de su cuerpo u observando el mundo desde una perspectiva diferente.
Estas experiencias han sido ampliamente representadas en la cultura popular, alimentando una variedad de creencias sobre la vida después de la muerte.
Sin embargo, para la ciencia, las causas de estas vivencias están lejos del misticismo. Recientes estudios liderados por el neurólogo Josef Parvizi, profesor en la Universidad de Stanford, sugieren que estas experiencias tienen una explicación neurológica relacionada con el funcionamiento del cerebro en momentos de extremo peligro.
Parvizi decidió investigar el tema luego de que uno de sus pacientes relatara haber experimentado un episodio en el que se vio a sí mismo desde fuera de su cuerpo, como un espectador externo. Esta situación despertó el interés del equipo de científicos, quienes buscaron reproducir estas experiencias en un entorno controlado.
El papel del cerebro en la experiencia extracorpórea
A través de una serie de estudios y entrevistas, el Dr. Parvizi explicó que las sensaciones de salir del propio cuerpo o flotar en el espacio están ligadas a un área específica del cerebro: el precúneo, una región que se activa en momentos de percepción espacial y autoconciencia. Durante estos episodios, el sentido de identidad del paciente cambia de manera súbita, volviéndose un observador de sus propias vivencias y conversaciones.
El equipo de Parvizi se aventuró a recrear estas experiencias en laboratorio, logrando estimular de manera precisa el área cerebral relacionada con el sentido de identidad espacial. Los resultados demostraron que al aplicar estimulación eléctrica sobre el precúneo, los sujetos de prueba empezaban a percibir su propio cuerpo como si estuvieran fuera de él.
Esto se debe a que el precúneo, ubicado en el lóbulo parietal superior, juega un papel fundamental en la orientación y la percepción de uno mismo en el espacio.
Un misterio explicado: El “Yo Físico” y su relación con el precúneo
Los hallazgos del Dr. Parvizi y su equipo, publicados en la revista científica Neuron, concluyen que el “yo físico” de una persona (la noción de estar dentro de un cuerpo y ubicado en el espacio) depende de esta área cerebral en particular. Cuando el precúneo se ve afectado por alguna anomalía o estimulación específica, se produce una desconexión entre la percepción y el cuerpo, generando sensaciones de desplazamiento, flotación o incluso separación de la realidad.