Las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp y Telegram se han convertido en herramientas cotidianas para millones de personas en el mundo que usan este tipo de plataformas digitales para llevar a cabo sus comunicaciones con amigos y familiares, pero también para gestionar asuntos personales y profesionales.
Si bien WhatsApp es la aplicación de mensajería más usada en el planeta, con más de 2.000 millones de usuarios a nivel global, existen aplicaciones alternativas como Telegram, que ofrecen funciones similares. Sin embargo, se diferencian en varios aspectos que los cibernautas deben tener en cuenta a la hora de elegir su app preferida para intercambiar mensajes.
WhatsApp, por ejemplo, permite subir estados similares al formato de las “historias” de Instagram (ambas aplicaciones pertenecen a Facebook). Además, cuenta con la posibilidad de marcar mensajes como “destacados” para que los usuarios tengan a la mano un listado con los mensajes más importantes.
La popular app también permite realizar videollamadas grupales con un límite de ocho participantes, algo que no sucede en Telegram, además de que ha incorporado recientemente nuevas funciones que permiten acelerar los mensajes de audio a tres velocidades diferentes para ahorrar tiempo a la hora de escucharlos.
Otra de las características de WhatsApp es que los mensajes virales son alertados con el mensaje “reenviado varias veces” para que los cibernautas identifiquen cuándo un texto, video o fotografía ha sido enviada muchas veces a través de la app. La aplicación de mensajería también permite que los usuarios activen la función “mensajes temporales” para que los chats desaparezcan después de siete días.
Por su parte, aunque Telegram nació como una ‘app’ de mensajería, su sistema de almacenamiento en la nube e intercambio de archivos son usos en los que ha sacado ventaja.
Asimismo, la aplicación permite buscar los archivos guardados por fecha o por palabra clave y, como dispone de versión web, deja los archivos disponibles tanto en el celular como en la computadora. También permite el envío de archivos de hasta 1,5 GB.
Privacidad
Sin embargo, la principal diferencia entre WhatsApp y Telegram radica en los términos y condiciones de privacidad de los usuarios. Para usar Telegram no se debe aceptar una política de datos y privacidad cuando se descarga la aplicación. El usuario solo debe aceptar ciertas particularidades, como no enviar spam o fraudes, no promover violencia y no compartir contenido pornográfico mediante bots o canales.
Además, esta aplicación no comparte los datos de los usuarios con terceros, a diferencia de WhatsApp. Los datos que recopila Telegram son el número de teléfono, la sincronización de contactos, foto de perfil, apodo, mensajes escritos con excepción de los chats secretos, archivos multimedia, datos técnicos del teléfono y geolocalización.
Por su parte, los datos que recopila WhatsApp son mucho más amplios. Por ejemplo, el número de teléfono, nombre del perfil, foto de perfil, contactos, datos referentes a la actividad del usuario en la plataforma, diagnóstico y rendimiento, tiempo de uso y las opciones utilizadas (llamadas, mensajes, estados, foto de perfil, entre otras).
También reúne información del dispositivo móvil, como el modelo, hardware, sistema operativo, nivel de carga de la batería, potencia de señal, zona horaria, entre otros. Algunos de esos datos son compartidos con terceros, aunque recientemente la aplicación implementó un proceso en el que los usuarios deben autorizar dicha política de tratamiento de datos.
Finalmente, cabe resaltar que WhatsApp cuenta con la tecnología de “cifrado de extremo a extremo” en todos sus chats, lo que garantiza que las conversaciones de los usuarios no puedan ser leídas por nadie más, ni siquiera por la propia compañía. Dicha tecnología también está incorporada en Telegram, aunque solo se activa cuando se usan chats secretos.