YouTube ha comenzado a cancelar todas las cuentas de usuarios que se suscribieron a la versión de pago de la plataforma YouTube Premium, aprovechando una red privada virtual (VPN), un método empleado habitualmente para pagar menos por el mismo servicio.
El precio de los planes de pago de la plataforma de vídeos en ‘streaming’ que desarrolla Google varía mucho dependiendo del país en el usuario se realice la suscripción, por factores como el nivel de vida o el valor de la moneda de ese territorio.
Por ese motivo, algunos usuarios deciden emplear VPN para conectarse a un servidor con un modelo de precios más económico y pagar menos por el mismo servicio, un truco que 9to5Google ha ejemplificado con el caso de Estados Unidos y Ucrania.
Mientras que en el primero la suscripción de una sola cuenta cuesta 13,99 dólares mensuales (13,06 euros al cambio actual), en el segundo, se paga 99 grivnas al mes, lo que equivale a 2,50 dólares (unos 2,33 euros).
Una serie de usuarios han confirmado a través de Reddit que han recibido una notificación de la plataforma en la que se indica que sus cuentas se han cancelado por haberse “mudado” a una región diferente de la que se había registrado originalmente, tal y como recoge el citado medio.
La cancelación unilateral de este servicio obliga, por tanto, a que el usuario se vuelva a suscribir en el territorio en el que se encuentra aunque, tal y como han compartido los afectados, estos podrán seguir accediendo a las ventajas que ofrece la suscripción hasta la próxima fecha de renovación.
YouTube aumenta las limitaciones para evitar recomendar problemáticos a los adolescentes
La adolescencia supone todo un reto para las familias que intentan hablar sobre seguridad en Internet y redes sociales con sus hijos, un contexto que Google ha aprovechado para lanzar nuevas salvaguardas para las recomendaciones, que identifican categorías de contenidos en YouTube inicialmente inocuos, pero que pueden resultar dañinos con un visionado constante.
Las herramientas de control parental de Google se reúnen principalmente en el servicio Family Link, que centraliza los controles parentales que actúan sobre la cuenta instalada en el dispositivo que usa el menor; la Búsqueda segura, que filtra o desenfoca contenido explícito de los resultados de búsqueda en cuentas de menores; y las adaptaciones YouTube Kids y la Experiencia adaptada en YouTube.
Este martes, ha anunciado salvaguardas adicionales para las recomendaciones de contenido para adolescentes en YouTube. En colaboración con el Comité Asesor de Jóvenes y Familias de YouTube, se busca identificar las categorías de contenido que pueden ser inocuas en un solo vídeo, pero que podrían ser problemáticas si se ven de manera repetida.
En concreto, recoge categorías que tienen que ver con la apariencia física (por ejemplo, idealizaciones) o la agresión social en la forma de peleas sin contacto ni intimidación, como informan desde la compañía en una nota de prensa.
YouTube también ha incorporado en España los paneles de recursos de apoyo para crisis relacionadas con el suicidio y las autolesiones, que ofrecen recursos en los que solicitar ayuda en servicios de terceros.
Hablar de internet seguro con adolescentes
Estas novedades responden al hecho de que, si bien la seguridad en línea es una prioridad para las familias españolas, persisten preocupaciones significativas en torno a los riesgos que enfrentan los niños y niñas en el entorno digital, como se desprende de un reciente estudio realizado por el equipo de Trust and Safety Research de Google.
Según las conclusiones, las familias (98%) reconocen la importancia de iniciar conversaciones sobre seguridad digital a edades tempranas, entre los cinco y los ocho años, para abordar preocupaciones como el engaño pederasta ‘online’ o ‘grooming’ (45%), el ciberacoso (44%) y el consumo de contenidos sexualmente explícitos (42%).
En este sentido, el 87 por ciento de los padres ha hablado con sus hijos sobre seguridad en Internet en el último año. Las conversaciones informales (45%) y las normas establecidas por los padres (34%) se ven como las herramientas más eficaces para fomentar la seguridad en línea.
El estudio también destaca la edad media para tener el primer móvil es de 11 años, y antes de eso, los niños suelen compartir dispositivos con familiares. El 72% de los padres establecen límites de tiempo de uso, pero menos de la mitad (43%) de las familias utiliza herramientas de control parental y conoce los centros de ayuda de seguridad digital.
En cualquier caso, la adolescencia supone un desafío para las familias: el 71 por ciento de ellas con hijos de 13 a 17 años reconoce que es más difícil establecer normas sobre Internet a medida que los hijos crecen.
Con información de Europa Press