En el mundo hay millones de aplicaciones y cada vez más ideas y propuestas de este tipo surgen para resolver problemas de la vida cotidiana. Hay unas que son muy usadas, como WhatsApp, Instagram y Facebook pero hay otras que, aunque no tienen a los usuarios conectados a todo momento, prestan un gran servicio, como es el caso de Rappi o Airbnb. Las apps parecen soluciones hechas por expertos en computación, pero según elk experto Camilo Páez, cualquier persona que tenga una buena idea puede desarrollarla. Estos son algunos puntos que hay que tener en cuenta en el proceso de crear una app. La idea: todo comienza con una. Para hacer un producto tecnológico no necesariamente tiene que ser un desarrollador. El profesional que la hace (el desarrollador) es un recurso que el innovador tiene a la mano para plasmar lo que desea. Descubrir: el innovador debe empezar un proceso de descubrimiento y de planeación de su app. Una de las estrategias es solicitar un proceso de acompañamiento en el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic). Lo más importante es tener la capacidad de asumir la idea como un producto, como algo que va a ser serio y al que se le dedicará tiempo real. La competencia: También es bueno ver quienes ya han hecho algo similar o si su idea es única. Si ya alguien desarrolló su app, no se desanime. Siempe es posible mejorarla y el trabajo ahora consistirá en buscar maneras de competirle. Modelo de negocio: es importante definir si es un emprendimiento que busca un retorno económico o si es un emprendimiento social. También es importante saber en qué plataforma digital se desarrollará la app: dispositivos móviles o computadores personales. Crítica: someta su idea a la crítica de los demás. Busque todo tipo de perfiles en la familia y entre sus amigos, desde gente con experiencia financiera hasta amas de casa, a los que les puede comentar su idea para que le den retroalimentación sobre la viabilidad del negocio y para ver modificaciones o si es mejor no seguir adelante. Páez recomienda hacer sondeos con el sistema de encuestas de Google e invitar a sus conocidos a que la respondan para así saber si hay apetito en el mercado por esa app. Eficiencia: es bueno no empezar con muchas funcionalidades. Al principio el emprendedor puede ser muy creativo y proponer en las sesiones de lluvia de ideas muchas funciones para complementar su app, pero lo más importante es que sea funcional y eficiente económicamente para que queden recursos para invertir más tarde en mercadeo digital. Capital semilla: Para desarrollar la app necesita recursos económicos y para poder atraer a inversionistas necesita presentar su producto en el mercado y eso implica tener muy claras las cosas. Lo ideal es tener una plantilla que incluya cada una de las etapas, qué busca solucionar con la idea, cuál es el valor agregado, la metodologíay el plan de negocios. El diseño: el proceso de desarrollo está dividido en la etapa de diseño y en la tapa de programación. Inicialmente los diseñadores de experiencia de usuario harán la parte de navegación y luego vendrán los desarrolladores de programación para tener el producto funcional. En esta etapa se hacen los controles de calidad para que la aplicación funcione debidamente. La distribución: consiste en comprar una licencia para poder distribuirla en las diferentes tiendas digitales de apps, como Apple y Google, que se encargan de revisar la aplicación para que no haya ningún problema técnico o legal. Ahí estará disponible que los usuarios la pueda descargar en las tiendas. Monetizar el producto: existen muchas formas de hacerlo. Una de ellas es simplemente cobrar por descargar la aplicación. Pero también es posible que sea gratis y a medida que el usuario la usa puede agregar más funciones que debe comprar. Otra manera es encontrar un modelo de negocio en el que los actores clave en la app paguen un porcentaje por el servicio recibido