Todos tenemos amigos que publican un comentario o una foto y el primer o incluso único Like es de ellos mismos. Y algunos van más allá y llegan a hacer comentarios sobre su propio contenido entablando una evidente conversación pública con ellos mismos. Paola Guerrero Alemán, sicóloga de la Universidad Javeriana y experta en sicología del consumidor, dijo a Semana.com que esa tendencia se asimila con la de los niños que tienen amigos imaginarios, algo completamente normal porque les permite establecer juegos de roles y exteriorizar su imaginación, pero en un adulto y sobre todo, en una red social, el tema hay que mirarlo con detalle. Las redes sociales se conciben desde su naturaleza como espacios para crear vínculos y contacto social. Si se utilizan para hablar con uno mismo, de entrada se le está quitando valor a esta herramienta y el personaje está yendo en contravía del uso natural de Facebook o de Instagram, dice. Tampoco hay que alarmarse. Si el tema se da eventualmente, no deja de ser algo cotidiano como cuando nos halagamos delante de otros. Para determinar si hay un problema, es necesario tener en cuenta 3 aspectos: la frecuencia, el contenido y el contexto. Un usuario promedio entra a Facebook 3 veces al día a revisar estados, leer noticias, comentar o simplemente a ver qué ha pasado. Hay usuarios que solo entran a publicar fotos o textos e inmediatamente les dan like o se comentan a sí mismos. Aquí ya por términos de frecuencia de esta actividad puede pensarse en que hay un problema pues hay un patrón en el comportamiento. Es muy diferente quien tiene un blog y solo entra a publicar información pues está generando contenido, está aportando ideas, conocimientos, opiniones, pero es muy diferente el que permanece en Facebook y en su afán por tener reconocimiento, se empieza a dar la palmadita, dándose like a todo lo que él mismo pone. CONTENIDO Y CONTEXTO El otro aspecto a tener en cuenta, es el contenido. Una cosa es que un usuario comente la foto de un tercero y más tarde haga un nuevo comentario como complemento o explicación a lo que ya dijo. Otra cosa es cuando se ve una conversación en la que pareciera que dos o más personas interactúan cuando en realidad está solo la misma persona hablando y respondiendo, aclara Guerrero. En la vida real, es socialmente castigado ver a alguien hablando solo en la calle. En efecto este comportamiento puede ser propio de una persona esquizofrénica o neurótica. Pues bien, ese mismo comportamiento repetitivo, puede verse en las redes sociales. En algunas terapias de sicología o siquiatría, se recomienda al paciente mirarse en frente de un espejo para hablar con él mismo y así exteriorizar cosas que solo de esa manera se logran. Esta práctica es absolutamente sana, explica la sicóloga pero es algo que se hace en la intimidad. Si se hace en público, hay que revisar el porqué. Todos hablamos con nosotros mismos todo el tiempo y eso es algo sano que nos mantiene vivos, alerta y listos a tomar decisiones. Pero es una acción que se hace mentalmente, no delante de los demás. Por eso es importante ver en qué contexto se está haciendo. El lío es que las redes sociales están rompiendo esa línea entre lo íntimo y lo público. ¿QUÉ HACER? Es muy difícil que la persona que sufra de este problema se dé cuenta pues lo hace de modo inconsciente. Normalmente son sus familiares y amigos quienes lo notan. En ese caso, un sicólogo hace un diagnóstico y revisa si hay patrones claros y si hay cambios en el comportamiento y en el modo de socializar. Puede ser que solo esté buscando atención y en su afán por ver interacciones en su red social, las hace él mismo. El acompañamiento de los más cercanos es clave. Por eso no sobra hacerle caer en la cuenta a su amigo, que comentarse a sí mismo es tanto como hablar solo en la calle, para que así reaccione. Eso sí, no lo haga quedar mal delante de todos. Dígaselo en privado y con una actitud propositiva. Si ese amigo está buscando atención, mostrar interés por lo que publica y por cómo lo publica, es la mejor manera de decirle que en realidad, le importa a alguien. LEA TAMBIÉN: * 11 maneras de acabar con el vicio de revisar el celular. * 7 enfermedades producidas por el exceso de tecnología.