El asesinato de Jaime Garzón en 1999 estremeció al país. El popular humorista, siempre mordaz al burlarse de la política y la guerra en la que estaba sumida Colombia, era conocido no solo por sus personajes sino por su incansable labor para ayudar a las familias de los secuestrados. El crimen, todavía sin esclarecer, se convirtió en una de las heridas más visibles del conflicto.
Por la cercanía histórica del caso y la posición en la cultura popular colombiana de Garzón muchos recibieron con desconfianza el anuncio de RCN de que el canal realizaría una serie, Garzón vive, dedicada a los últimos días de vida del humorista. La respuesta estuvo dividida entre la misma familia Garzón: sus hermanos Jorge y Alfredo aprobaron del proyecto y se sentaron con los productores para informar los libretos, mientras que su hermana Marisol declaró públicamente que la serie dañaría la memoria de Jaime.
El programa está a cargo del director Sergio Cabrera (La estrategia del caracol, Golpe de estadio) y el libretista Juan Carlos Pérez (El Fiscal, La Pola) y protagonizado por Santiago Alarcón (El man es Germán) el actor responsable de interpretar a Jaime Garzón y sus múltiples personajes: Heriberto de la Calle, Néstor Elí, Dioselina Tibaná y más. Si la serie tiene un acierto es Alarcón, quien logra imitar tanto a Garzón como sus icónicos papeles, cada uno con su propia voz. Lo acompañan actores como Zharick León, Mábel Moreno y Mauricio Mejía, quién repite el papel de Carlos Castaño, el jefe paramilitar, luego de interpretar versiones del personaje en Narcos y El cartel. La serie también cuenta con versiones de Yamid Amat, Margarita Rosa de Francisco, Andrés Pastrana y Flora Martínez.
En la noche del estreno, el 15 de enero, las reacciones en redes empezaron antes de que se emitiera el capítulo. Muchos señalaban el papel de RCN en los eventos reales, mientras que otros apreciaron una serie que hablara del costo humano del conflicto y celebrara un personaje que luchó por la paz sin recurrir a la violencia sino al humor.
Sin embargo, la serie no logró imponerse en los rating; esta solo alcanzó el sexto puesto en el top 10 de la tarde y noche, con menos de la mitad del puntaje de su competencia, Tarde lo conocí, la serie de Caracol sobre la cantante de vallenato Patricia Teherán, es decir, otra novela basada en la realidad colombiana. Tampoco le ganó a la alocución presidencial del mismo día, quedando 0.13 puntos por detrás.
Hablamos con los periodistas Eduardo Arias y Mauricio Sáenz, quienes conocieron a Garzón antes de su muerte, que opinaron sobre el primer capítulo de la serie.
Lo que vi me gustó mucho, las actuaciones, la puesta en escena. Me parece súper buen actor el que hace de Jaime, no solamente porque físicamente se parece mucho en la mayoría de los ángulos sino porque logró captar los gestos y las miradas. Había momentos en que yo, que trabajé con Jaime cuatro o cinco años, me sentía viendo a Jaime. Tuve que tomarme un momentico para decir "este no es Jaime, este es un actor". Desde ese punto de vista me gustó mucho.
Pero hay un tema general, ya de base, que es que es muy difícil meterse en un tema de una persona que es muy reciente en la vida de los colombianos como es Jaime Garzón, así lo hayan asesinado hace 18 años. El caso no ha sido juzgado y hay una cantidad de dudas. Entonces, primero, no se cómo van a hacer los libretistas para contar la realidad y, segundo, no se cuál es la realidad que quiere ver la gente. Con una persona tan real, tan presente y sobre todo cuando jurídicamente todavía no está claro quién fue el que lo mandó a matar es muy arriesgado hacer una serie así. El país está muy polarizado, entonces hay quienes dicen que RCN es un canal amigo de los paramilitares; entonces cómo es que están haciendo una telenovela sobre Garzón, hay unos que quieren que les muestren a Garzón como un guerrillero déspota, los que trinan que RCN se vendió a las FARC al hacerle un homenaje a Garzón y otros que sienten que si no culpan personalmente con nombre a Álvaro Uribe como el asesino intelectual de Jaime es que RCN está vendido.
Pero no sé qué va a pasar a partir del segundo capítulo y lo que vi me pareció que estaba bien, había dos viajados directos contra el Ejército, a pesar de que se supone que RCN protege al ejército, Alarcón como Jaime dice que el ejército le estaba vendiendo secuestrados a las FARC y unos soldados que le dan información a los paramilitares. Dos cosas directas que dejan un poco sin piso, me parece a mí, por lo menos en este capítulo, a los que dicen que esto es una cosa de RCN hecha para enlodar la imagen de Jaime. Por ahora yo me siento muy conforme y la actuación de Santiago Alarcón se me hace absolutamente magistral.
A mí me pareció bien, me gustó mucho. Me pareció que el actor, Santiago Alarcón, hizo un trabajo muy serio de documentación, que él buscó tratar de interpretar bien al personaje y de muchas maneras lo logró. La ambientación me encantó, es muy la época, me parece que es muy Jaime, en realidad. Él era muy así.
Me parece muy valioso que la televisión registre, y de alguna manera le haga homenaje, a la gente que vale la pena en este país. Jaime, como está claro en la serie, se jugó la vida y él era perfectamente consciente del peligro. Le ofrecieron en muchas oportunidades sacarlo del país y él nunca quiso porque él no entendía cómo los colombianos se mantenían muy angustiados por la situación pero nadie hacía nada. Él sí trató de hacer la diferencia. Para las nuevas generaciones que no lo conocieron es muy valioso recobrar un personaje así. Yo creo que la historia de Jaime en realidad se narra en esos últimos días, la trascendencia de él está en que se sacrifica por el país de alguna manera. Desde el primer día que lo conocí, por ahí en 1990 o 1991, en un momento en que no era en absoluto conocido ya era una personalidad absolutamente arrolladora, llenaba el espacio con su presencia. Siempre muy auténtico, que me parece que refleja bien la serie, un muchacho de mochila arahuaca y peña folclórica. Pero yo creo que él no decía tanto "sumercé".
Esta es una serie que nos permite entender hasta qué punto eran tiempos turbulentos. Es que uno cree que hoy es turbulento, pero no es ni la décima parte de lo que era esa época. A la gente la mataban y no pasaba nada, y un poco con la complicidad de sectores enquistados en el Ejército, eso es toda una realidad que la gente, o no vio, o no recuerda. Y no tiene presente para establecer una comparación, un punto de referencia.