Al observar que algo se movía entre unas rocas, Billie Rea, decidió acercarse. Al darse cuanta que se trataba de un pequeño tiburón ballena australiano (Cephaloscyllium laticeps) que se hallaba atrapado en medio de dos piedras en aguas poco profundas, luego de una marea baja, la niña de 11 años, decidió ayudarle. Sin temor a las consecuencias, la menor, que se encontraba paseando con su familia por el sector de Kingston Beach, en la ciudad de Hobart, en Tasmania (Australia), bajó en compañía de su hermano menor hasta donde se encontraba el animal. Le sugerimos: En video: Hombre arriesga su vida para salvar a perrito de cocodrilo Después de analizar la escena, Billie bajó por unas rocas hasta donde se encontraba el tiburón gato y con mucho cuidado lo agarró. A pesar de que el animal se movía bruscamente para que la niña lo soltara, la menor pudo sostenerlo. Caminó un par de metros hasta llegar a una zona donde las aguas del mar estuvieran más profundas. Allí lo soltó lentamente.
Finalmente, el tiburón nadó hasta perderse en las profundidades del océano. Su madre se encargó de grabar el rescate y subirlo a redes sociales. "Billie tiene una conexión innegable con los animales. Hablamos sobre cómo ella puede leer su energía”, posteó Abby Giilbert, la orgullosa mamá de la menor en Facebook. Agregó que “a los 11 años, ya es una salvadora y cuidadora nativa... gracias a la maravillosa guía de uno de sus maestros de escuela. Veo mi papel como apoyarla para reclamar su magia y traerla al mundo”, mencionó emocionada Giilbert. Le recomendamos: El nuevo hogar del caimán que nadó 700 kilómetros entre Magdalena y San Andrés En pocas horas el video se volvió viral. La menor recibía elogios por parte de los usuarios por su gesto, el cual fue calificado por algunos como heroico. Otros destacaron su valentía y su solidaridad. El tiburón ballena australiano es endémico de ese país. Habitualmente mide 1 metro de largo y se caracteriza por su cabeza ancha, con una cola corta y una primera aleta dorsal mucho más grande que la segunda. Se identifica, además, por su variada coloración dorsal compuesta por numerosos parches de color pardo o gris. Se alimenta de pequeños crustáceos, cefalópodos (moluscos) y peces. Cuando se siente amenazado, responde tomando rápidamente agua o aire para inflar su cuerpo. Se trata, además, de una especie ovípara, por lo que las hembras ponen un par de huevos con estrías distintivas en intervalos de 20 a 30 días, que eclosionan después de 11 a 12 meses.