La estadounidense Amanda Knox, de 24 años, rara vez ha dejado de estar en el foco de atención de los medios de comunicación desde 2007, cuando fue arrestada en Italia por el asesinato de una joven inglesa de 21 años llamada Meredith Kercher. Ahora, cuatro años después, se prepara para regresar a casa. Knox fue condenada por asesinato y violencia sexual en 2009, pero este lunes fue finalmente declarada inocente en el fallo un tribunal de apelaciones. Para su familia, Amanda Knox es una chica popular, que había viajado a Perugia, Italia, para estudiar y divertirse pero que, en cambio, terminó involucrada en el misterio de un brutal asesinato con el que ella no tenía nada que ver. En contraste, los fiscales definían a Knox como una asesina de sangre fría, "un demonio, una persona diabólica interesada en el sexo, las drogas y el alcohol, que vivía su vida hasta los extremos". En la prensa italiana, a la estudiante de la Universidad de Washington también se le conocía como "cara de ángel". Su imagen, su sonrisa perfecta y decisiones como hacer volteretas en la estación de policía al día siguiente del crimen, hacían que su comportamiento pareciera incongruente con la acusación de haber degollado a su excompañera de apartamento. Nacida en Seattle, Knox siempre ha defendido su inocencia y durante su apelación indicó en italiano: "Yo no maté, yo no violé, yo no robé, yo no estaba allá". Y continuó: "Quiero regresar a casa. Quiero regresar a mi vida. No quiero ser castigada. No quiero que me quiten mi vida y mi futuro gracias a algo que no cometí, pues soy inocente". Ahora, con la decisión del juez en Perugia, ese deseo se le cumplirá a Amanda Knox. Por su parte, Raffaele Sollecito, su exnovio, quien también fue condenado y ahora absuelto, calificó su experiencia de una "pesadilla" y dijo que las acusaciones en su contra eran "totalmente falsas". El caso Meredith Kercher no quería perderse la oportunidad de estudiar en el extranjero y, en particular, le emocionaba la posibilidad de vivir aventuras en Italia. Quería aprender el idioma, inmiscuirse en la cultura y hacer nuevos amigos en lo que su familia describió como su sueño. Con eso en mente escogió la ciudad de Perugia porque era más pequeña, más tranquila y -así pensaba la familia- más segura que grandes ciudades como Roma o Milán. Pero apenas dos meses después de llegar ya estaba muerta y las sospechas del crimen recayeron rápidamente sobre su compañera de apartamento, Amanda Knox y Raffaele Sollecito. Ellos fueron condenados en 2009 a 26 y 25 años de cárcel, respectivamente, mientras un tercer personaje, el narcotraficante Rudy Guede, recibió una condena de 30 años que luego fue reducida a 16. Inmediatamente, la familia de Knox indicó que apelaría la decisión y la esta fase del proceso comenzó el 24 de noviembre de 2010. La defensa de Amanda Knox se enfocó en las pruebas de ADN encontradas en un cuchillo y en la ropa interior de Kercher y defendió que pudieron haber estado contaminadas. Una revisión de la evidencia fue aceptada el 18 de diciembre de 2010 y el 25 de julio de 2011 un grupo de expertos reveló durante la apelación que la colección de evidencias podría haber sido contaminada por no cumplir con los parámetros internacionales adecuados. El 23 de septiembre, los fiscales del caso pidieron que se recordara a Kercher y, en su discurso final, dijeron que una campaña mediática "obsesiva" para liberar a Knox había distraído a los jueces. Finalmente, el 3 de octubre, durante el día del fallo y mientras cientas de personas esperaban afuera de la corte, Knox y Sollecito fueron absueltos del crimen y dejados en libertad, mientras la condena de Guede se mantuvo en 16 años. Este marte, la familia de Meredith kercher, la joven asesinada, expresó su frustración por el fallo. En rueda de prensa en Italia, dijeron que el crimen no pudo haber sido cometido por una sola persona (Guede) y se preguntaron: si Knox y Sollecito no participaron, ¿quién lo hizo? Esa pregunta sigue sin respuesta.