“El que manda, manda, aunque mal mande” es una frase que se oye con frecuencia en los ambientes laborales, en donde con frecuencia se presentan inconformidades entre los equipos de trabajo. Si bien algunas de las molestias con los jefes son justificadas, lo cierto es que en muchos casos un mal jefe no solo es motivo de un ambiente laboral complicado, sino también de pobres resultados empresariales y de desmotivación entre los empleados. Se estima que en Estados Unidos solo un tercio de los trabajadores se siente comprometido y enganchado con su trabajo y las investigaciones sugieren que esto se debe en gran medida a que tienen jefes débiles e incompetentes. Es más, una encuesta de Gallup, reseñada por Business Insider, sugiere que 17% de las personas dejan sus trabajos debido a los malos líderes. Pese a estas estadísticas, no hay un consenso sobre lo que hace que un jefe sea malo, pues cada persona puede tener una idea distinta de lo que es un líder incompetente, dadas sus necesidades profesionales.
El portal ‘The balance careers‘ asegura que, en general, para que un jefe entre la categoría de malo debe ser porque no proporcionan una dirección clara, no reconoce las contribuciones o logros de su equipo y tampoco brinca un marco estratégico de objetivos que les permita a sus empleados ver su progreso. Hay otros jefes aún más malos, que son los que aplican el matoneo, son desagradables o demasiado críticos. Fastidian a los empleados y estos nunca pueden hacer lo suficiente para complacerlos. Sin embargo, para que no exista duda con respecto a la incompetencia de un jefe y que no es un tema de percepción de algunos de sus subalternos, a continuación presentamos 5 características irrefutables de un mal líder. #1. Es inexperto o está permanentemente ausente Cuando un líder no tiene experiencia gerencial previa, se nota y eso puede afectar la forma en que maneja al equipo. Eso puede implicar debilidad, sobre todo cuando las cosas van mal, este tipo de jefes se esconden en sus oficinas e interactúan muy poco con el equipo. Para corregir esa situación, el que se estrena como jefe debe mantener una mente abierta a los comentarios y a las nuevas ideas. Estar disponibles para escuchar lo que pueden hacer mejor y así poder salir de las crisis entre todos. #2. No respeta el tiempo de su equipo Si el jefe no respeta el tiempo de sus subalternos fuera de la oficina, después de las horas de trabajo, los fines de semana o en las vacaciones, esto no solo demuestra falta de confianza, sino que genera que el empleado se sienta frustrado y sin inspiración. Según Business Insider esto lo explica el profesor de la Universidad de Stanford, Bob Sutton, en su libro The Asshole Survival Guide (Guía para sobrevivir a un idiota). Donde asegura que los empleados son tres veces menos propensos a contribuir en la oficina cuando sus jefes los tratan mal. “La falta de respeto hace que los niveles de motivación bajen significativamente”, reitera. # 3. Es malo escuchando Si un jefe habla mucho y escucha poco, puede ser porque no le importa lo que le dicen sus interlocutores o no tiene tiempo para tener una conversación bidireccional. La comunicación efectiva significa ser capaz de articular las necesidades y escuchar las de los demás. Un gerente que no puede hacer eso es un comunicador ineficaz y, por lo tanto, un líder débil. La sugerencia para este tipo de jefes es que practiquen la escucha activa. Pueden convocar a sus subalternos a reuniones individuales para compartir planes, estrategias y objetivos tanto laborales, como personales.
#4. Esconde la mugre debajo del tapete Un gerente débil no es directo con información importante que pueda afectar a sus empleados. En un estudio longitudinal de una década, realizado en Estados Unidos con 3.100 personas, encontró que los riesgos de angina, ataques cardíacos e incluso muerte aumentan entre aquellos trabajadores a los que les ocultan información, pues eso genera ansiedad, en especial cuando es época de despidos. Para combatir esto, los jefes pueden hacer un mayor esfuerzo para compartir información importante y mantenerse transparentes con sus empleados. Por supuesto, no todo el mundo necesita saberlo todo, pero es importante que los empleados estén al tanto de los asuntos que les conciernen. #5. No dá crédito cuando debe hacerlo Este es quizás uno de los peores comportamientos que un jefe puede tener y empora más si no solo no da el crédito por un trabajo bien hecho por uno de sus empleados, sino que se lo atribuye como propio. Esto molesta más a las mujeres que a los hombres, pues los investigadores han descubierto que son más propensos los jefes hombres a incurrir en esa conducta que las jefes mujeres. La explicación está en aún existe inequidad de género en muchos ambientes laborales.