Desafortunadamente muchos lugares de trabajo promocionan a las personas manipuladoras, porque parecen ser más efectivas a la hora de lograr que las cosas se hagan. Sin embargo, esas empresas también parecen ignorar las consecuencias que los comportamientos abusivos pueden tener sobre la productividad. De acuerdo a Pablo Arango, Country Manager de DNA Outplacement, existe tres tipos de respuestas que son realmente efectivas frente a la mayoría de los manipuladores, sin importar el cargo o poder que tengan dentro de la empresa.

Primero: Actuar con escepticismo, los manipuladores no suelen mostrar sus verdaderas intenciones, de hecho a menudo se presentan a sí mismos como aliados y confidentes. Necesitan estar cerca para identificar los puntos débiles y estimar cuánto podrán aprovecharse. Son expertos en evaluar qué trabajadores están lo suficientemente seguros de sí mismos como para mantenerse firmes y cuáles están ansiosos por complacer y resultan fáciles de avergonzar. Segundo: Estar dispuesto a arriesgarse con pequeños enfrentamientos en público.  A veces, la única forma de dejar en evidencia las maniobras de una persona manipuladora es enfrentarlos en el momento. Cuando alguien tiene suficiente valor e ingenio para intervenir, el manipulador será consciente de que su actitud ha sido detectada.

Tercero: Evite guardar secretos y actuar como intérprete de forma que normalice comportamientos equivocados. Sea directo y sincero; defienda su posición. Una persona maquinadora puede tratarlo como un experto de confianza, darle información sobre las carencias y defectos de otras personas, como si solo usted tuviera la perspectiva y la discreción para entender lo que es importante. No se deje engatusar por la adulación implícita. Pida detalles concretos para aclarar su intención: "No estoy seguro de entender lo que quieres decir. ¿Por qué me lo cuentas? ¿Qué es lo que quieres que haga en realidad?". El Jefe de manipulador, debe iniciar un plan de acción para corregirlo cuanto antes. Para ello, debe utilizar enfoques y evaluar aspectos concretos del comportamiento hasta que la persona abandone o elimine sus hábitos inapropiados. Y si tiene menos poder o influencia, estos tres enfoques le ayudarán a protegerse y a minimizar el impacto negativo tanto en usted como en el resto de la organización.