Conseguir capital para desarrollar una idea de negocio es de los pasos más difíciles a la hora de emprender, pero superar la falta de acceso a capital es fundamental para el éxito de los empresarios, especialmente para las mujeres. Según cifras del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Colombia es el tercer país con mayor porcentaje de mujeres emprendedoras en el mundo, después de Angola y Chile. Sin embargo, el estudio también muestra que el porcentaje de mujeres que acceden a servicios financieros al momento de iniciar un negocio es menor que el de los hombres. Una de las mujeres que logró conseguir capital y crear lo que hoy es un unicornio de más de mil millones de dólares es Silvina Moschini, una emprendedora argentina que fundó y es CEO de SheWorks. Esta, es una plataforma en línea que se basa en tecnología en la nube para conectar mujeres profesionales con puestos de trabajo flexibles que se adapten a su estilo de vida. Durante los últimos años, Silvina ha mostrado gran interés en ayudar a las mujeres que desean crecer en el ámbito laboral y que quieren emprender en su propio negocio. Con tal fin, la empresaria ha destacado algunos retos a los que se enfrentan las mujeres a la hora de emprender, entre ellos, el poder levantar el capital necesario para desarrollar la idea de negocio.
“A las mujeres nos cuesta mucho más emprender porque es un gran desafío para nosotras el hacer compañías que son verdaderamente grandes, entre otras cosas porque es muy difícil el conseguir capital ”, dijo Moschini a Entrepreneur. Para la CEO, los retos están ligados a la cultura y a la forma en la que las mujeres son educadas desde pequeñas, haciendo referencia a estereotipos sociales que están asociados al rol de la mujer en la familia. Sin embargo, Moschini afirma que estas barreras deben ser eliminadas. “Desde pequeñas nos enseñaron que teníamos que ser bonitas, sentarnos derechitas, ser como una princesa. Que va a venir el príncipe, te va a rescatar, que después tus problemas van a estar resueltos y eso no es así. La realidad es que podemos hacer lo que tengamos ganas, porque tenemos la capacidad de hacerlo, porque hoy las mujeres están mejor preparadas que los hombres, y no digo esto de manera hacia el aire, las mujeres logran la mayor cantidad de títulos universitarios, maestrías y doctorados, que se adquieren en las universidades. Por lo cual estamos más preparadas y estas no son opiniones, son números ”, afirmó Moschini. El objetivo de la empresaria es cambiar el chip de las mujeres, modificar su mentalidad. Por eso, uno de los primeros obstáculos a vencer a la hora de levantar capital es el miedo.
Según Moschini, cuando las mujeres van a pedir dinero siempre lo piden tímidamente y no debe ser así. Afirma que cuando se solicita financiación, se debe hacer de manera asertiva y agresiva. “Decir: dame tu dinero, porque si no me lo das, vas a tener el Fear Of Missing Out (FOMO) y perderás la oportunidad de apostar a mujeres emprendedoras. Trabajamos más duro, venimos mejor preparadas, producimos más y cuando lo trasladas a las empresas lideradas por mujeres, tienen un 21% mejor retorno de ganancias que las dirigidas por hombres”. Otro aspecto a tratar es el síndrome del impostor, un trastorno psicológico en el que las personas exitosas piensan que no merecen el éxito, son incapaces de asimilar sus logros y creen que todo lo que sale bien se debe a causas externas y no a sus propios esfuerzos. “Llegamos porque somos capaces y tenemos que vencer ese límite que muchas veces nos auto imponemos, creemos que las cosas nos salen porque estuvimos en el lugar adecuado y en el momento justo. Las mujeres no aplican a posiciones porque sienten que no están 120% calificadas, mientras que los hombres dicen que no importa que estén 70% u 80% preparados, ellos se atreven. A las mujeres nos cuesta sobreprometer y vendernos, porque nos da vergüenza, pensamos que si somos orgullosas y nos presentamos como personas capaces vamos a poner a la gente incómoda y que se sienta mal el otro ”. Las mujeres suelen tomar muy en serio el trabajo y por ello se esfuerzan para lograr sus objetivos. A la hora de pedir financiación, esos esfuerzos y logros se deben demostrar, las entidades financieras y fondos de inversión deben poder percibir el trabajo arduo y el talento.
Desde su experiencia, Moschini cuenta que fue directamente con los inversores y les explicó que estaba haciendo una empresa que iba a valer mucho dinero y que transformaría la manera en la que las compañías y las personas trabajan, que iba a permitir que mujeres con talento de cualquier parte del mundo puedan acceder a empleo desde casa, sin importar el lugar de donde se encuentran. “Fue así que levanté más de 13 millones de dólares y me convertí en la primera emprendedora en el mundo, definitivamente la primera latina sin tener ni siquiera que ir a someterme a que me dijeran que no accedían darme los fondos de inversión, porque era o muy bonita, o muy fea, muy alta o baja, muy gorda o muy flaca, cualquier excusa”. Otras barreras a las que se enfrentan las mujeres al emprender Además de la dificultad de levantar capital para sus emprendimientos, las mujeres tienen otras barreras de entrada a la hora de montar un negocio, dentro de las que se encuentran: La cultura: el machismo sigue estando presente en la sociedad y repercute de manera negativa en el emprendimiento femenino. Falta de tiempo: en promedio, las mujeres invierten 4 horas más que los hombres en las tareas del hogar. Obstáculos internos: como la falta de confianza e inseguridades. Temor al fracaso Perfeccionismo