Tengo un amigo que es artista y a veces expresa una opinión con la que no estoy de acuerdo", dijo alguna vez el físico Richard Feyman. "Toma una flor y dice: ‘Mire qué bonita es‘, y yo concuerdo", siguió contando el científico galardonado con el premio Nobel de Física en 1965 por sus contribuciones al desarrollo de la electrodinámica cuántica."Luego dice: ‘Como artista, yo puedo ver cuán bella es pero usted, como científico, lo desarma todo y le quita la gracia‘. Es entonces cuando pienso que se descarriló". Además de su obra sobre la física, a Feyman se le recuerda por su entusiasmo y su don para divulgar la ciencia, a pesar de lo profundamente especializado que era su trabajo.Este relato que partió de un amigo y una flor muestra por qué a la gente le gustaba escucharlo revelar las delicias de la ciencia. "Para empezar, la belleza que él ve está a la vista de todos, incluso la mía, creo yo. Quizá yo no tenga su refinamiento estético, pero puedo apreciar la belleza de una flor", explicaba."Pero al mismo tiempo, yo veo mucho más en la flor de lo que él ve. Puedo imaginar sus células y las complejas acciones que ocurren en su interior y que también son bellas". Lo que quiero decir es que no sólo hay belleza en la dimensión que capta la vista, sino que se puede ir más allá" Richard Feynman, 1918 - 1988.Quizás le interese: 6 hábitos de las personas súper productivas que puede aplicar en su rutina"También los procesos, como el que los colores hayan evolucionado para atraer a los insectos, lo que significa que los insectos pueden apreciar el color". "Y entonces surgen preguntas: ¿El sentido de la estética también lo tienen las formas de vida de la naturaleza? ¿Por qué razón les resulta estético?". "Toda esa clase de cuestiones interesantes de la ciencia no hacen sino aumentar el misterio y la maravilla de una flor. No entiendo cómo podría restárselo", concluyó.De lo oscuro a lo claroCon la flor nos recordó cuán maravillosa es la ciencia. Sin embargo, ¿podremos entenderla?. No obstante, la gente le entendía cuando explicaba cómo funcionaba el mundo que nos rodeaba y se entusiasmaba con su entusiasmo. Así explicó, en una ocasión, las humildes bandas elásticas. "Las bandas elásticas o de caucho tienen unas moléculas largas como cadenas y retorcidas, y otras pequeñas"."Cuando estira la banda, las cadenas se enderezan pero los átomos pequeños las bombardean constantemente, tratando de que se vuelvan a encoger. Esa es la razón de la resistencia a permanecer estiradas. Y ese bombardeo produce calor"."Para comprobarlo, tire de una de las bandas elásticas que son más gruesas mientras la tiene entre sus labios y sentirá que la temperatura aumenta, y déjela volver a su tamaño inicial y verá que se enfría"."Las bandas elásticas siempre me han parecido fascinantes: piensa que mientras están manteniendo un montón de papeles, esos átomos pequeños están perpetuamente bombardeando a las grandes moléculas, año tras año".La diferencia entre saber y saberMuchos sabemos que entre más erudita la persona, más claramente habla, y la técnica que Feynman sugirió para aprender lo que quiera nos ayuda a hablar claramente y es muy sencilla. Empecemos por definir dos clases de sabiduría: una se enfoca en saber el nombre de algo y la otra, en saber algo.La receta para el aprendizaje que nos dejó Feynman se concentra en la segunda y se implementa siguiendo cuatro pasos. Escoja un conceptoCualquiera. Macroeconomía o economía doméstica, o cualquier cosa en el medio. Química o culinaria, o primero una y luego la otra. Anote el tema. EnséñeloEscriba todo lo que sabe como si se lo estuviera enseñando a un niño. Aunque parece absurdo, es un paso muy importante. Asegúrese de que de principio a fin esté utilizando el lenguaje más sencillo. Al usar sólo las palabras más comunes evite engañarse con la idea de que como conoce el argot, entiende de qué está hablando. RetrocedaEn el paso 2 probablemente identificó algunas en su conocimiento; cosas que olvidó o que no pudó explicar. Es en este momento en el que realmente empieza a aprender. Vuelva a la fuente y explore lo que le falta por entender. Y, con cada subtema, cuando crea que lo tiene claro, trate de plasmar en un papel en términos que entendería ese niño al que le estaba enseñando. Una vez se sienta cómodo con todo lo que le confundía, vuelva a su escrito original y continúe. Revise y simplifique
Lea lo que escribió. Asegúrese una vez más de que no usó el argot asociado con el tema que le intriga. Léalo en voz alta. Si la explicación no es sencilla o suena confusa, tómelo como una indicación de que no está entendiendo algo.Trate de crear analogías, pues no sólo aclaran sino que le muestran que ya domina el tema. El primer principio es que no se debe engañar a si mismo, y usted es la persona que más fácilmente se engaña" Richard FeynmanFP recomienda: ¿Usted es de los que dibuja garabatos mientras hace otra cosa?