Más de 30.000 candidaturas provenientes de 173 países llegaron al Global Teacher Prize 2018, uno de los premios más importantes de educación en el mundo y considerado por muchos como el Nobel de los docentes.

Todo profesor sueña con estar nominado a este galardón, pero todos también saben lo difícil que es lograrlo. Sin embargo, Colombia, no contenta con tener un profesor entre los 50 nominados para este año, obtuvo tres. El reconocimiento, que es entregado por la Fundación Varkey junto con un millón de dólares al ganador, busca dar a conocer miles de historias de heroísmo educativo que han transformado y transforman la vida de los jóvenes en el mundo.

Tres de esas historias que impactaron al jurado fueron las de los profesores Jhon Alexander Echeverri Acosta de Envigado, Luis Miguel Bermúdez Gutiérrez de Bogotá y Carlos Enrique Sánchez Santamaría de Contratación (Santander).

SEMANA EDUCACIÓN presenta sus historias y sus consejos para ser ser profesores de excelencia.

En contexto: Una clase con el colombiano que podría ser el mejor profesor del mundo

Luis Miguel Bermúdez

“Desde pequeño quise ser profesor. Recuerdo que me ponía una bata y empezaba a darles clases a mis primos. Lo bueno es que tuve la fortuna de hacer de grande lo que soñé hacer de niño”, recuerda Luis Miguel.

Este bogotano egresado de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital ya lleva 11 años dedicado a la docencia, siete de los cuales los ha pasado en el colegio Gerardo Paredes de Suba, donde logró lo inimaginable el año pasado. Redujo a cero la tasa de embarazo adolescente en esta institución ubicada en una zona de constantes problemas sociales en el noroccidente de Bogotá. “Trabajamos por brindar orientación a nuestros estudiantes, entendiendo que la educación sexual va más allá de los genitales y que las violencias de género son uno de los factores que profundizan la violencia y la pobreza”, asegura.

Luis Miguel tiene una maestría y está próximo a graduarse de su doctorado en Educación. Precisamente, su tesis es producto de la investigación que realizó con sus estudiantes y su mayor logro es tener, hoy en día, jóvenes más conscientes de sus derechos humanos sexuales y reproductivos.

Sus clases se combinan con las guías de sexualidad que creó para los estudiantes y con un consultorio donde cualquiera puede pedir asesoría, consejo o simplemente ir a que lo escuchen. “Sin tabús, sin penas. Acá nada está censurado”, afirma. Sus colegas maestros han sido sus aliados en esta transformación escolar. Ya ni siquiera se ruborizan cuando les hacen las preguntas más incómodas y desprevenidas, como le pasó a la profesora Nohora Acevedo cuando un alumno de octavo le preguntó si se podía usar el mismo condón en un trío.

Luis Miguel sabe que el embarazo adolescente marca negativamente la vida de los jóvenes que no han terminado su proceso de crecimiento y desarrollo, sobre todo en entornos violentos como los que rodean al colegio Gerardo Paredes. Es por eso que le costó trabajo entender que una de sus alumnas, a pesar de todo el trabajo pedagógico, le dijera que quería ser mamá. Sin embargo, lo aceptó porque sabe que parte de lo que les ha enseñado a sus alumnos es que son libres de tomar decisiones sobre sus vidas, siempre y cuando estas sean analizadas a la luz del conocimiento.

“De hecho, el gran reto que ahora enfrenta el colegio es que muchas jóvenes embarazadas desean matricularse aquí porque saben que no serán juzgadas y que contarán con toda la asesoría y el conocimiento”, asegura. El otro desafío es empezar a trabajar con los niños de primaria, su enfoque será: el abuso sexual. “Muchos pegan el grito en el cielo, pero si vivieran en los contextos en que viven estos niños entenderían lo importante que es para ellos identificar y saber cómo actuar frente a una situación de abuso. No podemos engañarnos, el abuso sexual convive con ellos todos los días sin descanso”.

Sus consejos

  • Privilegiar el conocimiento antes que nuestras creencias personales. No podemos ir en contra de los avances científicos y resistirnos al cambio.
  • Respetar las diferencias del otro.
  • No es posible aceptar recomendaciones sobre la forma de enseñar si estas provienen de personas que jamás han pisado una escuela.
  • Es vital conocer los derechos humanos sexuales y reproductivos.

Puede leer: Tres profesores colombianos están preseleccionados en el GlobalTeacher Prize

Jhon Alexander Echeverri

Al igual que Luis Miguel, Alexander llevaba la docencia en su sangre desde niño. “En la escuela daba tips a los estudiantes para el tema de la convivencia y para mejorar las calificaciones. Desde ese momento sentí esa afinidad para trabajar con la gente”, comenta. Siempre fue buen estudiante y por eso no fue sorpresa que se graduara como el mejor cuando terminó el bachillerato.

Ingresó a la Universidad de Antioquia y allí estudió Licenciatura en Ciencias Naturales. Hoy enseña en tres instituciones educativas de Envigado y confiesa que nunca pudo escapar a su pasión por la ciencia, la innovación, el medioambiente y la sociedad; motivaciones que todavía hoy están presentes en sus clases y que lo llevaron a estar entre los mejores 50 profesores del mundo según el Global Teacher Prize. “Tenemos un proyecto que está en el programa Ondas de Colciencias donde trabajamos la contaminación del aire y la proliferación de plagas y vectores.También, a través de unos instrumentos y máquinas que estamos elaborando creamos las huertas hidropónicas con paneles solares, que además tienen plantas purificadoras del aire. Con esto estamos mejorando los temas de contaminación en la zona 6 de Envigado y nos estamos expandiendo a Medellín y otros municipios de Antioquia”, afirma.

Pero su trabajo no acaba allí.También tienen un proyecto para recuperación y reutilización de material reciclable a través de unas máquinas trituradoras. Estas tres iniciativas hacen parte de lo que Alexander denonimó Metodología de investigación socio ambiental y con la cual captó la atención de los jurados del Global Teacher Prize.

Alexander está convencido que el trabajo en el colegio debe ser transversal en todas las áreas del conocimiento. Todos los proyectos que yo lidero los trabajo mancomunadamente con docentes de las otras áreas. “Por ejemplo, un proyecto de corte ambiental y físico lo trabajamos también desde las asignaturas de inglés, español, sociales, etc”, comenta. “Lo que se aplica en los proyectos de investigación puede servir como estrategia de aprendizaje para las demás competencias de las otras áreas”, añade.

Sus consejos

  • Motivación y amor por lo que hace: cuando trabajas así se pueden obtener grandes resultados.
  • Incentivar a los estudiantes para que ellos sean gestores de proyectos para la comunidad.
  • Evitar las clases de tiza y tablero: a las nuevas generaciones les gusta interactuar, compartir y conocer el mundo real.
  • Aprovechar los recursos que ofrecen diferentes entidades. “Yo he echado mano muchos programas de la Alcaldía de Envigado, así como del programa Ondas de Colciencias y el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia (CTA). De esta forma también vas logrando que se conozcan tus proyectos”.
  • Involucrar siempre la investigación a la educación.

Le recomendamos: El yoga y otras nuevas formas de enseñar

Carlos Enrique Sánchez

Carlos Enrique lleva 35 años como profesor y empezó siendo menor de edad. Cuando tenía 17 años el maestro que dictaba dibujo técnico en Contratación (Santander) se retiró y su abuelo lo motivó a que tomara el cargo. Un año después, cuando cumplió la mayoría de edad, se posesionó legalmente como docente y añadió la educación artística a sus clases.

Carlos hizo una licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de la Sabana, pero solo hasta que participó de una capacitación en el centro Don Bosco de Bogotá, empezó a incorporar las tecnologías de la información en sus clases, lo cual, junto a su posterior interés por la memoria histórica de su municipio, lo llevaron a ganar el premio Compartir al maestro 2011 y a estar ahora nominado a los Global Teacher Prize.

Cuenta su proyecto con una profunda emoción y al hacerlo es fácil comprender por qué ha captado la atención de todos. “Contratación fue uno de los tres lazaretos que existían en Colombia para albergar a los enfermos de lepra. Durante años vivimos con un gran estigma. Parece increíble que los enfermos durante décadas contaran con una cédula de ciudadanía especial y que incluso se manejaran una moneda distinta al peso, porque la lepra era considerada altamente contagiosa”. Con sus estudiantes se ha dedicado a crear blogs, videos, fotografías, textos y multimedias, que a través de internet y las redes sociales, dan cuenta de la historia de su pueblo.

Todo ese trabajo lo ha llevado a México, Brasil e incluso a Japón, donde le pidieron que contara su estrategia para acabar con el estigma de la lepra y poder replicar su modelo en todos los lugares del mundo donde hubo lazaretos. Hoy su proyecto ha crecido y quiere convertir a Contratación en el primer parque histórico cultural del mundo en homenaje al enfermo de lepra.

Dentro de su colegio, el Instituto Técnico Industrial San Juan Bosco, creó una cátedra de memoria histórica y con los estudiantes de 11 están próximos a implementar las cartillas guía para los alumnos de bachillerato. Además, está a punto de abrir un museo e inaugurar cuatro esculturas en el parque principal del pueblo en homenaje a los lazaretos. “Al Global Teacher Prize le dije que si resultaba ganador quería donar el millón de dólares a ONG que trabajen por la educación en Colombia y en los países más pobres del mundo”, asegura. “Muchos me han dicho bruto por no querer quedarme con algo dinero”, añade entre risas.

Sus consejos

  • Calidad de enseñanza y amor por la profesión: Los primeros responsables de que la educación sea buena o mala, de calidad o mediocre, somos nosotros como profesores.
  • El profesor tiene que ser investigador, piloso y debe innovar constantemente.
  • No debemos pensar solo en la plata. Hay que erradicar esa idea de que me esfuerzo más solo si me pagan más.
  • El ejemplo que le damos a los estudiantes es clave. El ejemplo enseña más que las palabras y para encender la llama del conocimiento en los estudiantes, yo también debo llevarla por dentro.

Este artículo hace parte de la edición 31 de la revista Semana Educación. Si quiere informarse sobre lo que pasa en educación en el país y en el exterior, suscríbase ya llamando a los teléfonos (1) 607 3010 en Bogotá o en la línea gratuita 01 8000 51 41 41.

Para estar enterado sobre las noticias de educación en Colombia y el mundo, síganos en Facebook y en Twitter.