Los viajes largos pueden ocasionar dificultades de salud a las que se debe prestar atención. En muchas oportunidades los viajeros se exponen a situaciones como la Trombosis Venosa Profunda (TVP), a la que también se le otorga el calificativo popular de “trombosis del viajero”.

Se trata de la formación de un coágulo en la sangre, normalmente en las venas profundas de las piernas, producido por la falta de movilidad y espacio reducido en los asientos durante trayectos largos en avión, tren o carro particular.

El instituto de investigación Mayo Clinic explica que cuando las piernas no se mueven durante un tiempo prolongado, los músculos de la pantorrilla no se comprimen (contraen), lo cual genera complicaciones. Las contracciones musculares ayudan a que la sangre circule.

De acuerdo con los especialistas, permanecer sentado durante mucho tiempo, como cuando se conduce durante largas horas o se viaja en avión, aumenta el riesgo de padecer trombosis venosa profunda. Lo mismo ocurre con el reposo a largo plazo, que puede ser consecuencia de una hospitalización o una afección médica como la parálisis.

En los viajes largos es posible que se presente trombosis venosa profunda. | Foto: BOY_ANUPONG

La mencionada institución indica que esta afección puede ser grave porque los coágulos sanguíneos que se producen en las venas pueden soltarse, trasladarse a través del torrente sanguíneo y alojarse en los pulmones, por lo que se bloquea el flujo sanguíneo (embolia pulmonar). Cuando la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar ocurren juntas, se denomina tromboembolismo venoso (VTE, por sus siglas en inglés).

Algunos de los síntomas que pueden presentarse son, entre otros, hinchazón de las piernas, dolor, calambres, cambio en el color de la piel de la pierna, como rojo o morado y sensación de calor en la pierna afectada.

Dado que es un tema al que se debe prestar atención, es clave adoptar algunas recomendaciones con el fin de evitar que esta situación se presente, pues, de acuerdo con los expertos, este padecimiento puede afectar a cualquier persona que permanezca sentada y sin mover las piernas durante mucho tiempo.

Algunos factores de riesgo asociados al mencionado padecimiento son la obesidad, predisposición genética a una mayor coagulación de la sangre, enfermedad cardiaca, neurológica o respiratoria o cáncer, antecedentes personales de trombosis, mujeres embarazadas, aunque también se puede presentar en personas sanas y sin ninguna patología.

Recomendaciones para evitar esta afección

Los especialistas del Hospital Clinic Barcelona indican que algunas de las recomendaciones que pueden seguirse para evitar esta afección son las siguientes.

  • Si existe la posibilidad, lo ideal es escoger asientos con mayor espacio como salidas de emergencia o pasillo.
Un viaje de muchas horas en avión puede producir trombosis. | Foto: Alexander Spatari
  • Intentar levantarse y caminar aproximadamente cada dos o tres horas durante el trayecto para ejercitar las piernas y en el asiento mover los pies y los dedos.
  • Evitar el cruce de las piernas. Tampoco es aconsejable sentarse en posiciones incómodas en las que las piernas queden colgadas o reduzcan la circulación de la sangre.
  • Dejar libre el espacio bajo los pies. Para esto es clave poner el equipaje en el compartimento superior.
  • Vestir ropa holgada y calzado que no apriete, incluso una de las recomendaciones es descalzarse durante el viaje.
  • Beber líquidos para no deshidratarse, evitando el alcohol y otras bebidas estimulantes como el café.
  • Durante las escalas, evitar sentarse más tiempo y aprovechar para caminar.
  • En la medida de lo posible, evitar fármacos que puedan favorecer la aparición de trombos, en este caso lo aconsejable es consultar con personal sanitario antes de viajar.
  • También es determinante hablar con el médico en caso de padecer insuficiencia venosa o mala circulación, por si fuera recomendable llevar medias de comprensión. Es fundamental tener en cuenta posibles factores de riesgo.