En los últimos años, las comunidades étnicas y locales se han convertido en las protagonistas en el desarrollo de modelos propios de turismo comunitario en sus territorios, contribuyendo de este modo no solo a su evolución en este sector, sino también a su fortalecimiento económico mientras, al mismo tiempo, comparten sus conocimientos, tradiciones y la biodiversidad que poseen.

Por esta razón, este tipo de turismo se ha venido desarrollando bajo un enfoque sostenible y regenerativo, explica el Fondo Mundial para la Naturaleza, promoviendo la conservación y uso adecuado de los recursos, el bienestar económico, social y ambiental de cada uno de estos destinos.

Si desea vivir experiencias de turismo comunitario en Colombia, en esta nota podrá descubrir algunas de las más populares lideradas por mujeres:

Nuquí

La ubicación geográfica de este destino del Chocó y la calidez de sus comunidades, lo convierten en un lugar que se debe visitar al menos una vez en la vida. Allí, el turismo sostenible es un pilar fundamental del territorio, por lo que ofrece varias actividades para aprender sobre su cultura, gastronomía y naturaleza local.

Con esta iniciativa, se benefician alrededor de 40 familias del municipio, quienes son las encargadas de guiar a los visitantes a través de las tradiciones ancestrales de Nuquí, incluyendo la temporada de ballenas, entre julio y octubre.

Foto del paisaje del puerto de Tribuga y la región de Nuqui. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Rutas de avistamiento de aves

Estas rutas de observación se suelen llevar a cabo desde el Gran Caribe, pasando por el paisaje cultural cafetero y el Pacífico colombiano, hasta donde los Llanos Orientales se encuentran con el Amazonas, señala ProColombia.

Cada uno de estos destinos brindan experiencias enriquecedoras para poder conocer más sobre el poder que tienen las mujeres a lo largo de todo el país. Durante este recorrido es posible aprender sobre el trabajo de las artesanas, los conocimientos medicinales de las comunidades indígenas o la transformación de productos en pro de la comunidad, entre muchas otras sorpresas.

San Andrés, Providencia y Santa Catalina

Aprender sobre la cultura raizal de las comunidades que habitan este archipiélago es aventurarse a descubrir varios datos interesantes sobre su arquitectura, tradiciones y dinámicas para preservar, exaltar y divulgar sus raíces a través de un intercambio cultural con sus visitantes.

Vista aéres de Providencia. | Foto: Presidencia

Una de las posadas nativas más antiguas en la isla es la de ‘Miss Trinie’, quien cuenta que desde hace mucho la población raizal ofrecía sus casas a las personas que llegaban de visita a la isla. Durante esta experiencia se descubren rincones, aromas y paisajes impresionantes que solo se pueden disfrutar realmente cuando se visita el destino.

Comuna 4 en Medellín

Un lugar perfecto para conocer la resiliencia de la comuna 4 en Medellín en la voz de sus mujeres, convirtiendo su historia en inspiración para salir adelante sin olvidar su pasado, pero sí transformándolo por un futuro mejor.

Prueba de esta iniciativa es el cambio que ha tenido el barrio Moravia, que ahora es uno de los jardines más grandes del país después de haber sido un basurero por años, siendo un eje de desarrollo y ejemplo para toda la comunidad.

A la lista se suman destinos como Santander y el Magdalena Medio, así como el Pacífico nariñense, cada uno con una propuesta innovadora para disfrutar y aprender de sus riquezas naturales y culturales.