Conocido por su combinación de tradición, modernidad y cultura milenaria, China se ha convertido en el destino soñado por millones de viajeros en el mundo.
Sus avances tecnológicos e innovadores atractivos turísticos hacen de este gigante asiático un lugar irresistible para quienes buscan nuevas aventuras, pues recorrer cada uno de sus rincones implica sí o sí visitar sitios emblemáticos como La Gran Muralla, considerada una de las Siete Maravillas del Mundo, que refleja la grandeza de las dinastías chinas.
Otros lugares, como la Ciudad Prohibida en Beijing o el Ejército de Terracota en Xi’an, tienen la capacidad de transportar a los visitantes a épocas pasadas, abriendo paso para caminar entre los vestigios de una civilización que influyó significativamente en la historia mundial.
Sin embargo, China no solo es pasado, sino también futuro, gracias a que ciudades como Shanghái y Shenzhen sorprenden con su arquitectura futurista, rascacielos impresionantes y un dinamismo urbano incomparable.
Las luces de Shanghái, reflejadas en el río Huangpu, son una muestra del vertiginoso crecimiento del país y de su capacidad para liderar el desarrollo tecnológico global. No obstante, gran parte del encanto de este país, más allá de sus avances tecnológicos, radica también en su diversidad natural.
Desde los paisajes bucólicos de Guilin, con sus montañas kársticas y ríos cristalinos, hasta el majestuoso Tíbet, hogar del Palacio Potala, China ofrece escenarios naturales que parecen sacados de película, llamando la atención de millones de viajeros de diferentes partes del planeta.
Prueba de ello es el furor que ha causado con su nueva atracción turística, que se ha viralizado en redes sociales, llamada Tianti (“Escalera al Cielo” en chino).
Esta estructura se encuentra ubicada en el monte Qixing, en el parque natural de Zhangjiajie, exactamente en la provincia suroccidental china de Hunan, una zona cuyo nombre literalmente significa “al sur del lago”, rodeada por montañas y con un llamativo panorama del río Yangtze.
Según medios estatales chinos, este sendero de escalada en particular es de estilo vía ferrata, construido sobre la pared rocosa de una montaña utilizando pasamanos de acero, reposapiés, correas y cables que permiten que los visitantes puedan escalarla y desafiar sus más grandes miedos a 1.500 metros de altura.
Se trata de una atracción no apta para cardiacos, pero sí para quienes buscan emociones extremas, enfrentando en esta ocasión una estructura de 168 metros de largo que se extiende entre dos acantilados.
De acuerdo con la Televisión Central de China, más conocida por sus siglas CCTV, pese a ser relativamente nueva esta atracción ya está recibiendo más de 1.200 visitantes al día, quienes han compartido su experiencia a través de las plataformas digitales con videos que rápidamente han generado una ola de reacciones entre los internautas.
Yuan Xiaorui, supervisor de Marketing de Qixing Adventure, la empresa que gestiona la atracción en el monte Qixing, declaró a CNN que la experiencia de tres horas de vía ferrata cuesta 580 yuanes (US$ 80 dólares).
Además, agregó que todo el proceso cuenta con el acompañamiento de entrenadores y los visitantes van equipados con todos los elementos de seguridad, que incluyen cascos y bolsas de amortiguación (mochilas de senderismo).