Francia es un destino muy popular para los viajeros, justamente por eso, emprender un viaje a este encantador país europeo se puede convertir en un plan bastante costoso. Sin embargo, existen alternativas para explorar algunas de sus joyas ocultas sin gastar una fortuna.

Así que si está pensando en viajar a este país sin necesidad de tener un presupuesto alto, le contamos cuáles son algunas de esas ciudades económicas en Francia que le permitirán disfrutar del encanto de este destino y su cultura, sin que su bolsillo se vea afectado.

Desde la pintoresca Nîmes, con su impresionante anfiteatro romano, hasta la animada Valence, con sus calles medievales y su deliciosa gastronomía, son parte de las zonas de Francia que se pueden visitar sin necesidad de dejar vacía la billetera. Lo mejor de todo es que aunque son destinos menos conocidos, son igual de hermosos como Le Mans, La Rochelle y Dijon, donde es posible disfrutar de la riqueza cultural y arquitectónica que caracteriza al país.

Ciudades baratas que se pueden visitar en Francia

Clermont-Ferrand

Esta es considerada como la ciudad más económica de Francia, ideal para estudiantes debido a sus colegios asequibles y precios bajos en general. Aunque no es muy conocida internacionalmente, Clermont-Ferrand ofrece una amplia gama de actividades culturales y deportivas para disfrutar, con varias alternativas de alojamiento a bajo costo, perfecto para quienes desean disfrutar de una experiencia en Francia sin gastar demasiado dinero.

Clermont-Ferrand, Francia | Foto: Gary Yeowell

Nantes

Ubicada a orillas del río Loira en la región de Alta Bretaña en el oeste de Francia, Nantes combina un rico patrimonio histórico con una vibrante vida cultural. Esta ciudad es ideal para quienes buscan opciones asequibles pero llenas de actividades interesantes.

En este destino los viajeros encuentran numerosos museos, galerías, parques y eventos culturales, muchos de los cuales son gratuitos o de bajo costo. Además, ofrece una amplia gama de opciones de alojamiento y restaurantes a precios bajos.

Limoges

Una ciudad perfecta para los amantes de la artesanía en general. La visita a este destino debería empezar por sus magníficos Halles centrales, los mercados cubiertos, un precioso ejemplo de su arquitectura. El centro de Limoges está adornado con encantadoras casas de entramado de madera, que contrastan con la arquitectura modernista de su conocida calle Jean Jaurès.

Limoges, Francia | Foto: Jean-Philippe Tournut

También se encuentran las majestuosas mansiones de la Plaza del Temple, con sus galerías porticadas y terrazas; un espacio ideal para relajarse con una bebida antes de explorar la imponente catedral gótica, cuya construcción se extendió por seis siglos. Un plan imperdible en este lugar es visitar la estación de tren Benedictine, considerada una de las más bellas de Francia.

Mulhouse

Aunque no es tan popular como otros atractivos turísticos, esta ciudad de Alsacia, con casi 120,000 habitantes, sorprende a sus visitantes con su modernidad, sus museos y su rico patrimonio, siendo una auténtica joya escondida que vale la pena visitar.

En sus barrios se pueden observar edificios de vidrieras, detalles renacentistas y fábricas transformadas en espacios innovadores. Además, si es amante del automovilismo, no hay que dejar de ver la Colección Schlumpf, que alberga 400 coches, señala la revista Elle.

Perpignan

Esta ciudad es ideal para una escapada, ya que está a poca distancia en coche y bien conectada por tren. Se destaca por contar con una gran influencia catalana, con un espíritu mediterráneo que cautiva a los viajeros con sus plazas animadas, su ambiente acogedor, las palmeras y su cercanía al mar.

Perpignan fue un importante centro del Reino de Mallorca, razón por la que se encuentran monumentos como el Palais des Rois de Majorque (siglo XIV) y la Loge de la Mer (la loja).