Colombia es un país rico en cultura y sus rutas artesanales son una muestra vibrante de las tradiciones que han pasado de generación en generación.
Desde las montañas andinas hasta las costas caribeñas, cada región tiene su propio sello distintivo en técnicas, materiales y diseños.
Estas rutas permiten a los viajeros no solo descubrir la diversidad artesanal, sino también conectarse con la historia y la identidad de las comunidades que lo producen.
Las rutas artesanales de Colombia que no debe dejar de visitar
16 municipios que hacen parte de la Red Turística de Pueblos de Patrimonio de Colombia ya cuentan con un mapa turístico artesanal, de acuerdo a lo que se registra en el portal Artesanías de Colombia.
Algunos de los municipios que más se destacan por su trabajo artesanal son los siguientes:
La Playa de Belén, Norte de Santander
La Playa de Belén, un encantador pueblo declarado Bien de Interés Cultural en 2005, se encuentra a 200 kilómetros al noroccidente de Cúcuta.
Con más de 150 años de historia, este pequeño municipio destaca por su arquitectura colonial y la calidez de sus habitantes, ofreciendo una experiencia auténtica a quienes lo visitan, por lo que hace parte de una de las rutas artesanales más visitadas del país.
Entre sus productos artesanales más representativos se encuentran los caballos tallados en madera y los estoraques, formaciones geológicas con más de 4 millones de años que se han convertido en símbolos de la región.
También sobresalen las piezas utilitarias en arcilla, vitrales, bisutería, tejidos y trabajos en totumo y barro, todos elaborados con una técnica y creatividad únicas que reflejan la riqueza cultural del lugar.
Además de sus artesanías, La Playa de Belén es conocida por su gastronomía tradicional. Un ejemplo destacado es el bocado típico de las brevas, una delicia local que complementa la experiencia de quienes recorren sus calles y disfrutan de sus paisajes. Sin duda, este pueblo es un tesoro por descubrir en el corazón de Norte de Santander.
Honda, Tolima
Declarado bien de interés Cultural en el año 1977. Se sitúa a 92 kilómetros al norte de Ibagué. Es un pueblo ubicado a orillas del río Magdalena.
Honda, un encantador municipio con su rica historia y paisajes fluviales, este pueblo es un destino que combina patrimonio cultural y belleza natural.
La tradición artesanal de Honda es uno de sus mayores atractivos. Entre las piezas más representativas se encuentran las canoas, barcos y atarrayas tallados en madera, además de artesanías elaboradas en totumo, calabazo y calceta de plátano. Las esculturas en piedra también destacan por su creatividad y calidad, reflejando la conexión de los artesanos locales con los recursos naturales de la región.
En el ámbito gastronómico, Honda deleita a sus visitantes con sabores tradicionales. Los amasijos, como las tortas de plátano y los enyucados, son bocados típicos que evocan la riqueza culinaria del Tolima y complementan la experiencia de recorrer este mágico destino a orillas del Magdalena.
Guadalajara de Buga, Valle del Cauca
Guadalajara de Buga, declarada Bien de Interés Cultural en 1959, es uno de los destinos turísticos más emblemáticos del Valle del Cauca.
Ubicada a 395 kilómetros de Bogotá por la vía a Ibagué, esta histórica ciudad es conocida mundialmente por la Basílica del Señor de los Milagros, que atrae a miles de peregrinos y visitantes cada año.
La tradición artesanal de Buga es rica y variada y entre todas se destacan especialmente las camándulas y las artesanías que tienen que ver con motivos religiosos, así como piezas en tumbago y orfebrería, elaborados con técnicas tradicionales.
La gastronomía local también es un gran atractivo, reconocida por sus sabores únicos. Entre los manjares más destacados se encuentran el manjar blanco bugueño, las brevas con arequipe, las colaciones y la melcocha.