Cuando se piensa en salir de vacaciones, empacar la maleta es uno de los mayores retos. Siempre se busca que quepa la mayor cantidad de cosas posibles, pero también se espera que el equipaje no pese mucho para evitar pagos excesivos y, adicionalmente, que llegue en buena condición; es decir, que no se arrugue.
Para lograr este objetivo, que no resulta tan fácil, hay que tener clara la forma en la que se debe doblar, pues es un aspecto determinante. Lo primero que se debe hacer es establecer una lista de las cosas que se requieren para el viaje, pues esto ayuda a organizarse de manera eficaz y permite aprovechar el espacio al máximo.
Uno de los trucos infalibles a la hora de empacar la maleta es guardar la ropa por capas. Esto consiste en meter las prendas en la maleta estiradas con los extremos salidos, introduciendo capa por capa, es decir, una por una perfectamente doblada y luego poner los extremos hacia dentro. Una de las recomendaciones es meter en los laterales donde ha quedado espacio los medias, la ropa interior, cosméticos o los zapatos, con el fin no solo de que no se arruguen las prendas, sino de optimizar al máximo el espacio.
Camisetas y camisas
En este proceso, hay técnicas especiales para camisetas y camisas. Estas prendas deben extenderse boca abajo sobre una superficie plana. Se doblan las mangas en la parte trasera sobre la parte principal de la camisa. De esta forma se alisan las arrugas. Luego se dobla y lo mejor es no enrollarla, proceso que sí se puede hacer con otras prendas para ahorrar espacio.
Se pueden enrollar las faldas, los vestidos y los pantalones. Es aconsejable colocar estas prendas en el fondo de la maleta porque estarán más seguras (y por lo general son más grandes que las camisetas y la ropa interior).
En el caso de los pantalones finos, el consejo es colocarlos sobre una superficie plana y alisarlos para que queden sin arrugas. Se dobla una pierna sobre la otra, se dobla por la mitad desde los dobladillos hacia arriba, se alisa de nuevo y se comienza a enrollar desde la rodilla doblada.
Por último, se colocan las prendas que no sean pantalones (faldas o vestidos) boca abajo sobre una superficie plana. Se alisa para evitar cualquier arruga. Se dobla a lo largo, de modo que una mitad cubra a la otra y, posteriormente, se dobla desde la parte inferior, de modo que el dobladillo toque el escote. Luego se empieza a enrollar desde la parte inferior.