El gallito de las rocas es un ave emblemática de la región andina de Sudamérica que se destaca por la combinación de colores de su plumaje, en los que resaltan el tono naranja y el rojo en los machos, mientras que las hembras tienen tonos más apagados marrones y grises, para camuflarse mejor en su entorno.
Otro detalle que distingue a este tipo de aves, que miden aproximadamente 32 centímetros de longitud y pesan entre 200 y 25 gramos, es su cresta: los machos poseen una cresta semicircular prominente que utilizan durante los despliegues de cortejo para atraer a las hembras.
Además, llaman la atención por su singular comportamiento, ya que, para su reproducción, los machos realizan espectaculares despliegues de cortejo en leks, que son áreas donde varios de ellos se reúnen para exhibirse ante las hembras.
Entre tanto, las hembras, en su proceso de nidificación, construyen sus nidos en cavidades rocosas, utilizando lodo y vegetación para formar una estructura segura y protegida, todo esto convierte al gallito de las rocas en una joya de la biodiversidad tropical.
Su hábitat natural son los bosques húmedos de montaña, principalmente en Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia. Aunque, por fortuna, actualmente no está en peligro de extinción, su hogar sí está amenazado por la deforestación y la actividad humana.
Debido a esto, hoy se llevan a cabo diversas iniciativas de conservación para proteger sus hábitats y asegurar la supervivencia de esta especie tan particular.
En el país, por ejemplo, el mejor lugar para el avistamiento del gallito de roca (Rupicola peruvianus) es la Reserva Natural Jardín de Rocas. En este espacio se pueden disfrutar la paz de la naturaleza y los sonidos del bosque, un entorno en el que, además, se encuentran hermosos jardines y zonas ideales para percibir al mismo tiempo su silencio y su calma.
Este destino se encuentra ubicado a pocos minutos del parque principal del hermoso pueblo de Jardín, Antioquia (Colombia). Para llegar desde Bogotá, según Google Maps, el viaje puede durar entre 10 horas y 36 minutos o 12 horas y 42 minutos, dependiendo la ruta que se tome, las condiciones climáticas, el estado de las vías y las paradas que se realicen durante el recorrido.
La mejor ruta para seguir, de acuerdo con esta herramienta de ubicación del gigante tecnológico, es por el Puente el Cortijo - Siberia - La Punta - El Vino - La Vega - Villeta, saliendo por la Av. C. 127 y Av. Boyacá hacia Cl. 80 en Engativá.
“En este lugar existe una estricta jerarquía, cada ave ocupa el lugar que le corresponde y peleará para escalar hasta ser el alfa; mientras nosotros los humanos disfrutamos desde el respeto, esta maravilla natural”, se lee en la página web de la reserva.
Allí más de 30 especies diferentes de aves visitan el lugar, que ofrece otros espacios para disfrutar de un delicioso café de origen, leer libros y guías de aves, hacer compra de souvenirs y arte o caminar entre jardines, mariposas, insectos y bosques nativos, entre otras actividades que incluyen interesantes talleres.