El departamento del Quindío es uno de los más visitados del Eje Cafetero. Muchos viajeros encuentran en esta región del país un lugar ideal para pasar unas vacaciones tranquilas, rodeados de naturaleza, degustando una rica gastronomía y apreciando la belleza de sus pueblos.
Este destino hace parte del patrimonio de Colombia, declarado por la Unesco como Paisaje Cultural Cafetero. En cada recorrido que los viajeros realizan por esta zona, tienen la posibilidad de observar muchos paisajes comprendidos por montañas, fincas cafeteras, parques temáticos, escenarios de aventura, además de ríos y quebradas, entre muchas otras alternativas, según indica el portal Quindío Travel.
Uno de los encantos del Quindío es que tiene poblaciones que son admiradas por su belleza colonial que las conecta con la historia y la cultura. Dos de las que los turistas no deberían dejar de visitar si se encuentran en un viaje por esta zona del país son Filandia y Salento.
Filandia
Este es un pueblo en el que destacan sus balcones de madera de colores vivos, adornados con flores frescas. Una de sus particularidades es que se sitúa en la cima de una colina que ofrece vistas panorámicas de algunos de los paisajes más magníficos de esta región.
Su arquitectura es de lo más llamativo, con una naturaleza exuberante y una rica cultura cafetera en un solo lugar, en el que es posible conocer y disfrutar sus costumbres y tradiciones que son transmitidas por sus habitantes, que con esmero y dedicación se dedican a lograr que los viajeros se sientan a gusto.
Es una población en la que es posible disfrutar diversos atractivos. Por ejemplo, está una elegante plaza, que sirve de estacionamiento de la colección de jeeps clásicos que abundan en la ciudad y que la pintan con todos los colores.
El portal oficial de turismo Colombia Travel indica que uno de los lugares para no perderse es el mirador Colina Iluminada, que queda en las afueras de la ciudad. Con un diseño en forma de corona, la estructura de madera tiene 27 metros de altura y cuenta con varias plataformas de observación. Desde este punto es posible vislumbrar la mayoría de los pueblos de la región, así como los picos de los Andes colombianos del oeste.
Otro atractivo natural es el Parque Regional Natural Barbas Bremen, un espacio de 790 hectáreas de densa selva tropical andina que revisten el Cañón del río Barbas. Allí se puede ver y escuchar a los monos aulladores en su hábitat natural, pero el bosque también alberga perezosos.
Salento
Por su parte, Salento es una población adornada con el árbol nacional, la palma de cera, que se distingue por una gran variedad de destinos turísticos cuyas experiencias atraen a miles turistas al año.
Tiene un clima promedio de 18 grados centígrados y se destaca por el colorido de su arquitectura basada en casas hechas de bahareque; una mezcla de cañas, madera y tierra, que recuerda la manera de construir que tenían los antepasados. Sus casas coloniales son muy llamativas debido a las combinaciones de colores y sus balcones repletos de materas desbordadas de flores y helechos.
En el centro del pueblo se encuentra el parque principal, donde se ubica la Alcaldía, el templo de Nuestra Señora del Carmen, numerosos restaurantes, almacenes y cafés. Su plaza está adornada por muchas bancas y jardines que acompañan a una estatua del Libertador Simón Bolívar. Los yipaos aparecen en las calles con mercado, flores y acarreos. Los turistas también tienen la posibilidad de disfrutar la “calle real” o carrera sexta, que lleva desde la Plaza de Bolívar hasta el Cerro Alto de la Cruz.