En Boyacá, como en las demás regiones del país, sus municipios son protagonistas, pues son lugares que soportan mucha historia, cultura y tradiciones arraigadas que difícilmente se hallan en otras zonas. Cada uno tiene su propia historia que cuenta no solo a través de sus construcciones, sino de sus costumbres y su gente.
En este departamento, Monguí es uno de los pueblos más tradicionales, además de que es considerado uno de los más lindos, que no debería faltar cuando se planea un viaje por Boyacá. El portal oficial de turismo Colombia Travel indica que este territorio fue habitado por los indígenas Sanohas, donde rendían tributo al cacique Sugamuxi. En el año 1555 llegaron los primeros franciscanos enviados por la real corona Española, con el fin de adoctrinar la religión católica a dichos indígenas.
En la página de su historia se indica que el poblado se inició como resguardo indígena en 1596 y el 31 de diciembre de 1601 fue fundado como pueblo por Alfonso Domínguez Medellín en la parte civil y en la eclesiástica por Fray Juan Blas Redondo; para la misma fecha fueron trazadas las calles y carreras con una plaza principal en el centro.
De acuerdo con el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr), en sus calles empedradas y construcciones coloniales se reviven momentos de la historia y de la cultura boyacenses que identifican plenamente a esta región. Dicen que el nombre del municipio se deriva de la montaña Montjuic, ubicada en la ciudad española de Barcelona; sin embargo, otros se lo atribuyen a una expresión muisca que significa “baño de esposa”.
Se dice que su legado colonial se refleja en cada una de sus edificaciones y en su desarrollo como un importante centro comercial y cultural de la región, por lo que visitar Monguí es como hacer un viaje al pasado, donde la tradición y la modernidad coexisten de manera armónica.
Sitios de interés
Este municipio boyacense no solo es reconocido por su invaluable patrimonio arquitectónico, sino que allí los viajeros tienen la posibilidad de realizar diversas actividades, de acuerdo con sus preferencias. Es un destino rico en diversidad de atractivos naturales, que contribuyen también a su enorme potencial turístico.
Uno de los más reconocidos es el Páramo de Ocetá, un escenario enmarcado por frailejones y senecios, donde también se puede conocer “la ciudad perdida” o “ciudad de piedra”, un lugar con rocas de más de 15 metros de altura.
A la lista de lugares para visitar se suma la Basílica y el Convento de Nuestra Señora de Monguí, que es considerada una obra monumental del siglo XVII, hecha en calicanto y adornada con tallas en piedra y madera, y con más de 130 obras de arte pictórico. También está el Puente de Alicanto, un monumento nacional, que es considerado una obra de ingeniería colonial que sirve para el tránsito sobre el río El Morro.
El pueblo de los balones de fútbol
En cuanto a su actividad económica, a este pueblo boyacense se le reconoce por ser la principal sede de producción de balones de fútbol en el país, mediante un proceso artesanal. Desde 1930, un centenar de familias se dedicaron a la tradición de coser y vulcanizar balones de cuero para fútbol, volviéndose los auténticos dueños de una técnica artesanal que ha llevado estos esféricos a ligas de fútbol dentro y fuera del país.
Esto le ha valido a esta población un reconocimiento por parte del gobierno nacional, incluyendo al municipio en la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia, como una manera de promover aún más el turismo y seguir fomentando este tipo de actividades generadoras de empleo. En Monguí sus habitantes también trabajan en la explotación agrícola, ganadera y minera, con el comercio del carbón como una de las actividades más fuertes, indica Situr.